En el proceso de neurotransmisión en nuestro cuerpo, hay muchos roles clave que juegan un papel extremadamente importante. Uno de ellos son los receptores muscarínicos de acetilcolina (mAChR). Este tipo de receptor no sólo participa en la regulación de los latidos del corazón y la respiración, sino que también desempeña múltiples funciones en el sistema nervioso autónomo. Este artículo analizará en profundidad la función de los receptores muscarínicos, específicamente cómo afectan el corazón y el sistema respiratorio.
Los receptores muscarínicos son los receptores primarios de la acetilcolina y se encuentran principalmente en el sistema nervioso parasimpático y, en algunos casos, el sistema nervioso simpático también está involucrado. Estos receptores son receptores acoplados a proteína G que transmiten mensajes a proteínas G intracelulares a través de siete regiones transmembrana.
Los receptores muscarínicos se llaman así porque son más sensibles a la maclina que a la nicotina.
El receptor muscarínico M2 opera principalmente en el corazón y desempeña un papel clave en la desaceleración de los latidos del corazón. Cuando el corazón recibe señales del sistema nervioso parasimpático, los receptores M2 reducen la tasa de despolarización del corazón, lo que hace que la frecuencia cardíaca disminuya. Cuando se inhiben los receptores M2, como cuando se toman medicamentos como la atropina, la frecuencia cardíaca aumenta.
El papel de los receptores M2 en el corazón no se limita al control de los latidos del corazón, sino que también afecta la contractilidad de la aurícula y la velocidad de conducción del nódulo auriculoventricular.
El receptor muscarínico M3 existe principalmente en el músculo liso del tracto respiratorio. Cuando este receptor se activa, provoca la contracción del músculo liso, provocando broncoconstricción. Esto es esencial para regular la tensión de las vías respiratorias y mantener la respiración normal.
Sin embargo, los receptores M3 también promueven la síntesis de óxido nítrico en las células endoteliales vasculares, lo que provoca la relajación de los músculos lisos adyacentes y, por tanto, equilibra el tono de los vasos sanguíneos.
Existe una variedad de fármacos que se dirigen a los receptores muscarínicos para su aplicación clínica. Por ejemplo, la atropina, utilizada para dilatar las pupilas, y la suspensa, utilizada para tratar el mareo, funcionan modulando los receptores de tipo M. Además, la FDA de EE. UU. aprobó recientemente un nuevo fármaco, KarXT, que es el primer fármaco antipsicótico que actúa a través de un mecanismo muscarínico, mostrando sus efectos únicos y diferentes efectos secundarios en comparación con los fármacos antipsicóticos tradicionales.
Los receptores muscarínicos se pueden dividir en cinco subtipos (M1-M5) según su estructura y mecanismo de señalización. Los receptores M1, M3 y M5 están acoplados principalmente a proteínas Gq, mientras que los receptores M2 y M4 están acoplados a proteínas Gi/o. Estos diferentes subtipos de receptores determinan sus funciones específicas en diferentes tejidos y sistemas y su importancia fisiológica.
Los receptores M1 están relacionados con la secreción y la transmisión de señales nerviosas, mientras que los receptores M4 están asociados con diversas funciones reguladoras en el sistema nervioso central.
Los receptores muscarínicos desempeñan un papel integral en la regulación de procesos fisiológicos vitales como los latidos del corazón y la respiración. Una comprensión profunda de las funciones de estos receptores y sus aplicaciones farmacológicas no sólo ampliará nuestra comprensión del sistema nervioso humano, sino que también puede abrir nuevas posibilidades en futuros tratamientos clínicos. ¿Esta exploración biológica nos llevará a repensar los tratamientos para las enfermedades relacionadas con el sistema nervioso?