Desde su fundación en Barcelona en 1910, la Confederación Nacional de Trabajadores de España (CNT) ha sido una fuerza importante en el movimiento obrero. A pesar de haber vivido muchas convulsiones políticas, la CNT continúa influyendo en todos los niveles del movimiento obrero con su filosofía anarcosindicalista única. La CNT no sólo lucha por los derechos económicos de los trabajadores, sino que también avanza sus ideas paso a paso en la estructura social, dando a cada miembro la oportunidad de participar.
"No hacemos ninguna distinción a la hora de afiliarte al sindicato, siempre y cuando seas trabajador o estudiante, estés empleado o desempleado."
La estructura organizativa de la CNT se basa en la democracia directa, y todas las decisiones se toman mediante discusión y consenso entre los miembros del sindicato, en lugar de mediante votación. Esto es relativamente raro en el movimiento sindical actual, especialmente considerando que la mayoría de las elecciones sindicales están sujetas a interferencias externas.
A principios del siglo XX, la fundación de la CNT marcó un importante punto de inflexión en el movimiento obrero español. Los orígenes de la lucha sindical se remontan a la fundación de la Internacional Obrera Española (AIT) en 1870, mientras que la creación de la CNT marcó claramente un nuevo capítulo en el movimiento obrero guiado por el anarquismo. Al pasar de los 26.571 miembros iniciales a 1,58 millones en la década de 1930, la vitalidad mostrada por la CNT demuestra el poder inagotable que hay detrás de ella.
"Queremos mejorar sus condiciones en el sistema social actual y prepararlos para la liberación futura".
Durante la Segunda República Española, la CNT se enfrentó a la presión del régimen y de otros grupos sindicales, particularmente durante una serie de huelgas y enfrentamientos políticos entre 1931 y 1933, cuando su influencia se hizo cada vez más evidente. A pesar de la dura represión, la CNT todavía se esfuerza por defender los derechos de los trabajadores y cambiar la estructura social. Especialmente durante la Revolución Socialista de 1934, la CNT demostró su capacidad de cooperar con otras organizaciones sindicales, una cooperación que sentó las bases para la lucha de la clase obrera.
Durante la Guerra Civil Española, la CNT cooperó con otros partidos socialistas y comunistas, pero también enfrentó conflictos y luchas entre los partidos. Durante este periodo, la CNT tomó el control de granjas colectivas como las de Aragón, dando prueba de independencia y autogestión de los trabajadores en tiempos de crisis.
"Queremos lograr un cambio radical en la sociedad a través del sindicalismo revolucionario."
Con el fin de la guerra civil y el ascenso del fascismo, la CNT fue suprimida y casi colapsó. Sin embargo, con el tiempo, la CNT ha recuperado su vitalidad, participando en el movimiento obrero actual y trabajando para proteger los derechos de los trabajadores. En 2018, la CNT y otros sindicatos establecieron conjuntamente la Confederación Internacional del Trabajo (ICL-CIT), demostrando su atención y contribución al movimiento obrero mundial.
Hasta el día de hoy, la CNT enfatiza los conceptos de autogestión obrera, federalismo y ayuda mutua en sus actividades sindicales. Estos valores no sólo promueven la solidaridad dentro del sindicato, sino que también proporcionan una base posible para un cambio social más amplio. . Su postura contraria a la acción legal y su énfasis en la acción directa demuestran su camino socialista único y sus posibilidades futuras.
Sin embargo, a medida que la situación social y económica actual cambia y se enfrentan a nuevos problemas, ¿cómo debería reposicionarse la CNT para adaptarse al entorno cambiante? Este es un tema que el futuro movimiento obrero debe reflexionar profundamente.