El filtro del cigarrillo, también conocido como punta de filtro, es uno de los componentes importantes de los cigarrillos y, junto con el papel del cigarrillo, la cápsula y el adhesivo, constituye la estructura completa de los cigarrillos. Los filtros han estado en el mercado desde principios de la década de 1950, con el objetivo de reducir el daño causado por fumar al reducir los químicos dañinos que los fumadores inhalan. Aunque los resultados de pruebas de laboratorio muestran que los filtros pueden reducir hasta cierto punto el alquitrán y la nicotina en el humo, su efecto de filtrado aún es limitado para gases de bajo peso molecular como el monóxido de carbono.
En 1950 se reconoció la tecnología de filtrado de los cigarrillos, lo que aumentó aún más la cuota de mercado de los cigarrillos.
En 1925, el inventor húngaro Boris Aivaz obtuvo una patente para fabricar filtros para cigarrillos y, en 1935, la británica Molins Machinery Company comenzó a desarrollar máquinas para producir cigarrillos con filtros. En un principio, los filtros se consideraban un producto especial. No fue hasta 1954 cuando muchos fabricantes de tabaco lanzaron los cigarrillos con filtro a mayor escala debido a la preocupación de la comunidad médica y de los investigadores sobre el posible vínculo entre el tabaquismo y las enfermedades pulmonares. Esto impulsó las ventas de cigarrillos con filtro, que se convirtieron en la corriente principal del mercado después de la década de 1960.
En 1950, sólo el 0,5% de los cigarrillos tenían filtro, pero en 1975 esa proporción había aumentado al 87,7%.
Actualmente, el material principal de los filtros de los cigarrillos es el acetato de celulosa, una fibra plástica, pero también se puede utilizar papel o carbón activado. El acetato de celulosa se produce acetilando pulpa de madera o algodón blanqueado. La pasta seleccionada se procesa aún más para producir especificaciones de filtro específicas. Muchas grandes empresas tabacaleras, como Celanese y Eastman Chemical en Estados Unidos, Cerdia en Alemania y Daido Chemical y Mitsubishi Rayon en Japón, son grandes fabricantes de tabaco para filtro.
Aunque los expertos alguna vez creyeron que los filtros podían reducir los efectos del tabaquismo en la salud, los estudios epidemiológicos de la década de 1970 mostraron que los filtros de cigarrillos reducían el riesgo de cáncer de pulmón y enfermedades cardíacas en algunos casos, pero estudios posteriores mostraron que el riesgo de cáncer de pulmón es similar si se fuma. Cigarrillos con filtro o sin filtro. Las impactantes estadísticas conmocionaron a muchos fumadores.
Los datos anteriores contrastan marcadamente con los resultados actuales: los cigarrillos con filtro no reducen significativamente la ingesta de nicotina.
A medida que aumentan las preocupaciones ambientales, los investigadores buscan mejores filtros biodegradables y desarrollan nuevos materiales para este propósito. Además, con el fin de mejorar la contaminación ambiental causada por los filtros de cigarrillos, algunos gobiernos incluso han comenzado a imponer fuertes sanciones por el vertido de filtros en la basura.
Otra dirección de mejora es el desarrollo de filtros de carbón activado, que tienen mejores capacidades de filtrado del alquitrán y otras toxinas presentes en el humo, lo que podría convertirse en un cambio importante en los cigarrillos del futuro.
Ante la creciente presión medioambiental, también debemos reflexionar: ¿deberíamos reevaluar el impacto real de los filtros sobre la salud y la capacidad de carga del medio ambiente?