Desde la antigüedad hasta el presente, el miedo del ser humano a la muerte y el deseo de inmortalidad han persistido. El desarrollo de la tecnología criónica ha despertado en muchas personas el anhelo de resurrección después de la muerte. Aunque la comunidad científica moderna es escéptica sobre esta tecnología, la búsqueda de tecnología de congelación nunca se ha detenido.
Los estudiosos de la criónica creen que mientras la estructura del cerebro permanezca intacta, el conocimiento actual de la física no prohíbe la posibilidad de la resurrección. Creen que los recuerdos pueden conservarse incluso cuando el cerebro está inactivo. Las bajas temperaturas utilizadas en la criónica (normalmente por debajo de -130 °C) tienen como objetivo preservar suficiente información cerebral para facilitar una posible resurrección futura. Aun así, las técnicas criónicas actuales son altamente dañinas e irreversibles cuando se trata de preservar todo el cuerpo o el cerebro.La tecnología criónica intenta preservar la integridad de la estructura del cerebro con la esperanza de que el contenido de información pueda reconstruirse en el futuro.
El costo de implementar la tecnología criónica puede variar entre $28,000 y $200,000, lo que la hace prohibitiva para muchas personas.
En realidad, el coste de la criogenia suele ser prohibitivo. Según las estadísticas de 2018, el costo de preservar un cuerpo mediante criónica varía entre $ 28,000 y $ 200,000. Estos costos incluyen honorarios del personal médico, fondos fiduciarios para el almacenamiento de nitrógeno líquido, etc. Actualmente en Estados Unidos se han criopreservado unos 250 cuerpos y alrededor de 1.500 personas han accedido a la criogenización.
La realización de la tecnología de resurrección sigue siendo un misterio sin resolver, y los problemas involucrados son demasiado grandes como para evitarlos.
Aunque los científicos han utilizado la criónica para preservar células y tejidos, actualmente se considera imposible recrear la criostasis de animales grandes u órganos. Problemas como el daño de los cristales de hielo, la falta de oxígeno y la toxicidad del líquido congelado son desafíos importantes que superar. La resurrección mediante la criónica requeriría reparar este daño y revertir la causa de la muerte, lo que sigue siendo un problema sin resolver con la tecnología actual.
Consideraciones legales y éticasLa criónica enfrenta muchos desafíos en el frente legal. En muchos países, los cuerpos preservados son tratados legalmente como si fueran de personas fallecidas, lo que limita el modo en que pueden manejarse después de la muerte. En términos éticos, algunos académicos han cuestionado si la tecnología de congelación confunde las definiciones de muerte y vida de las personas, y si esta tecnología conduce a elecciones tempranas de asesinato o muerte. Evolución histórica de la tecnología de refrigeraciónLas cuestiones éticas de la tecnología criónica han desencadenado una profunda reflexión sobre la redefinición de la muerte.
La idea de la criónica fue propuesta por primera vez en 1962 por el profesor de la Universidad de Michigan Robert Ettinger, quien analizó el concepto en su libro La perspectiva de la inmortalidad. El primer cadáver humano fue criopreservado en 1966, cuando la tecnología criónica todavía estaba en sus inicios. Posteriormente, la tecnología evolucionó gradualmente y la implementación de la crioprotección atrajo gradualmente la atención social.
Perspectivas y perspectivas futuras de la tecnología de congelaciónA medida que avanza la tecnología, la criónica puede tener la oportunidad de superar los desafíos actuales. Sin embargo, sigue siendo un camino largo e incierto. Aunque muchas personas tienen grandes esperanzas depositadas en la tecnología criónica, la comunidad científica dominante sigue siendo escéptica al respecto y cree que se trata de pseudociencia.
¿El futuro de la criónica hará realidad el sueño del renacimiento o permanecerá para siempre al borde de la ciencia ficción?