La nictalopía, una discapacidad visual que dificulta o imposibilita la visión clara en ambientes con poca luz, ha sido documentada a lo largo de la historia y se remonta a la antigua Roma. Debido a que esta afección puede originarse por una variedad de enfermedades oculares o ser causada por una lesión o desnutrición (como la deficiencia de vitamina A), la ceguera nocturna muestra la evolución de la comprensión humana sobre la importancia de la vitamina A.
La causa más común de ceguera nocturna es la retinitis pigmentosa, una enfermedad genética que daña gradualmente los bastones fotorreceptores de la retina.
Los médicos han estado explorando la ceguera nocturna desde la antigüedad. Por ejemplo, en el año 30 d.C., el científico médico Auluus Cornelius Celsius ya había descrito la ceguera nocturna y recomendaba el hígado de cerdo como un complemento dietético eficaz. Mencionó: "Hay una especie de debilidad en los ojos. Aunque la visión es buena durante el día, es completamente incapaz de ver por la noche". Esto demuestra que la conciencia de la gente sobre la vitamina A en los alimentos existe desde hace miles de años.
Durante generaciones, el hígado se ha considerado una buena fuente de vitamina A, que ayuda significativamente a mejorar la visión en pacientes con ceguera nocturna.
A medida que pasa el tiempo, la comprensión de los científicos sobre la ceguera nocturna se profundiza gradualmente. Además de la retinitis pigmentosa, la deficiencia de vitamina A figura como uno de los principales factores que causan la ceguera nocturna. La vitamina A no sólo es esencial para la piel y el sistema inmunológico, sino que también es necesaria para la síntesis de rodopsina por parte de los fotorreceptores (llamados células fotorreceptoras) de la retina. En ambientes con poca luz, la sensibilidad de los bastones fotorreceptores a la luz es particularmente crítica. La falta de vitamina A puede provocar problemas de visión nocturna.
Los pacientes con ceguera nocturna a menudo necesitan un tiempo de adaptación más largo cuando cambian de un ambiente brillante a uno oscuro, lo que también muestra que la capacidad visual para ajustar la luz se ve afectada.
La investigación médica moderna señala que el impacto de la ceguera nocturna no se limita a la visión, sino que también afecta la calidad de vida y las emociones de los pacientes. Las estadísticas muestran que la deficiencia de vitamina A es particularmente grave en algunas áreas, especialmente entre las comunidades desnutridas, por lo que las agencias de salud pública han comenzado a promover programas de suplementos nutricionales utilizando alimentos como el hígado.
Además de su impacto en los humanos, el fenómeno de la ceguera nocturna también se puede observar en animales, especialmente en ciertas razas de caballos como los Appaloosas, que tienen una mutación genética que afecta su visión en condiciones de poca luz. Esto muestra que la deficiencia de vitamina A puede causar deficiencias visuales similares en diferentes especies.
Los primates, especialmente los caballos, también se ven afectados por la ceguera nocturna, lo que también plantea desafíos para la cría de caballos.
En la sociedad actual, con la prevalencia de la obesidad y una dieta desequilibrada, la ceguera nocturna parece estar en aumento. Los expertos advierten que esto se convertirá en un indicador de salud al que habrá que prestar atención en futuros exámenes médicos, porque la aparición de ceguera nocturna no sólo afecta a la visión, sino que también puede indicar una deficiencia nutricional más profunda.
La historia y la comprensión moderna de la ceguera nocturna muestran un hecho común: la importancia de la vitamina A es indispensable. Desde los alimentos para el hígado en la antigua Roma hasta los suplementos nutricionales modernos, la comprensión de la humanidad sobre esta vitamina aún se está profundizando. Sin embargo, con tal exploración científica, ¿podremos eliminar la amenaza de la ceguera nocturna en el futuro para que todos puedan disfrutar del paisaje nocturno?