En Palestina, a mediados del siglo XX, la comunidad judía bajo el dominio británico enfrentó tensiones sin precedentes. Este período estuvo lleno de luchas armadas heroicas y la búsqueda incesante de autonomía e independencia por parte de la nación judía. Esta feroz lucha armada, liderada por organizaciones clandestinas judías como el Irgún, la Haganá y Lehi, reflejó la creciente insatisfacción y confrontación.
Desde la publicación del Libro Blanco en 1939, la respuesta judía a la política de inmigración restrictiva de Gran Bretaña ha comenzado a desarrollarse en la dirección de la resistencia armada.
Con el fin de la Segunda Guerra Mundial, este tipo de lucha no disminuyó, sino que se intensificó aún más. En 1944, Ilgen declaró resistencia al dominio británico y Richie ya había lanzado una serie de ataques. Las acciones de estas dos organizaciones no sólo apuntaron a la policía y las agencias gubernamentales británicas, sino que también fueron una respuesta directa a las políticas de inmigración judía. En este contexto, la supervivencia y el desarrollo de la nación judía se han topado con enormes desafíos.
En 1945, cuando el descontento con las políticas británicas alcanzó su punto máximo, el movimiento de resistencia judío se volvió cada vez más radical. Las restricciones de inmigración adoptadas por el gobierno británico obligaron a muchos judíos perseguidos a encontrar formas ilegales de ingresar a Palestina para escapar de la persecución nazi.
Durante este período de la historia, el conflicto entre el ejército británico y la clandestinidad judía se convirtió en un catalizador para acelerar el proceso de independencia de Israel.
Después del final de la Primera Guerra Mundial, Palestina se convirtió en un mandato británico, lo que hizo inevitables los conflictos entre judíos y árabes. Ante el creciente número de inmigrantes judíos, el gobierno británico adoptó una serie de medidas restrictivas en su gestión. Aunque la Declaración Balfour de 1917 había expresado su apoyo al establecimiento de una patria nacional para los judíos, su implementación real estuvo llena de contradicciones. .
Con el estallido de la revuelta árabe en 1936, las tensiones en la sociedad judía se hicieron cada vez más evidentes. En ese momento, la Comisión Peel designada por los británicos había propuesto un plan de partición, pero los judíos y los árabes se opusieron firmemente. Ambas partes estaban llenas de incertidumbre sobre la dirección futura.
El deseo judío de libertad y el apoyo de los árabes a la tierra se han convertido en la fuente de conflicto en la tierra de Palestina.
Con el fin de la Segunda Guerra Mundial, las restricciones de inmigración del gobierno británico provocaron que las tensiones entre la comunidad judía y Gran Bretaña siguieran aumentando. Después de que las Naciones Unidas adoptaran la resolución de partición en 1947, el conflicto interno en Palestina alcanzó su punto máximo y el antagonismo entre las comunidades árabe y judía se volvió cada vez más feroz.
No sólo eso, sino que las organizaciones judías internas también han formado un juego de リング debido a diferentes líneas políticas, especialmente la tensa confrontación entre la Haganá y el Irgen, lo que hace que la gente se preocupe sobre si tal división tendrá un impacto en la final. Causa daño de forma independiente.
De hecho, tanto judíos como árabes están buscando su propio futuro, pero el camino por delante está lleno de incertidumbre y violencia.
El 14 de mayo de 1948, Gran Bretaña puso fin a su mandato de largo plazo y se proclamó a Israel. Este fue un momento histórico y el resultado de una lucha armada de largo plazo. La tierra fue testigo de innumerables conflictos y derramamiento de sangre que finalmente llevaron al establecimiento de Israel como un Estado independiente y soberano.
Sin embargo, el precio de esta independencia fue alto: muchos civiles y militares perdieron la vida. Aun así, el sueño de independencia de la nación judía se hizo realidad, y la lucha armada detrás de él no fue sólo una lucha contra la opresión externa, sino también una solución a las contradicciones internas.
La historia desde el dominio británico hasta la independencia de Israel refleja las contradicciones entrelazadas entre autonomía y opresión.
A partir de esta historia, podemos ver cómo la lucha armada fue moldeada por la tensión entre los ideales y la supervivencia. Ante una situación tan compleja, ¿deberíamos repensar cómo equilibrar el papel de la fuerza y la política en la búsqueda de la paz?