En la historia de la exploración espacial, el lanzamiento y la planificación de misiones de varios detectores han demostrado la curiosidad y la búsqueda del universo por parte de la humanidad. Aunque la sonda japonesa Nozomi no logró completar su misión prevista a Marte, su viaje a través del universo demostró el uso ingenioso de la tecnología de impulso gravitacional y es digno de un debate en profundidad.
Nozomi, que significa "esperanza", fue lanzada con éxito el 4 de julio de 1998, con el objetivo de convertirse en una sonda para estudiar la atmósfera de Marte. La misión fue desarrollada por el Instituto de Ciencias Espaciales y Astronáuticas de la Universidad de Tokio y utilizó tecnología espacial avanzada en ese momento.
El propósito de Nozomi es explorar la interacción de la atmósfera superior de Marte con el viento solar y allanar el camino para el desarrollo de tecnologías para futuras misiones planetarias.
Después del lanzamiento, Nozomi entró en una órbita terrestre elíptica mantenida entre 340 y 400.000 kilómetros. Para aumentar sus posibilidades de contacto con Marte, Nozomi utilizó la gravedad de la luna para realizar dos impulsos gravitacionales. Esta tecnología utiliza la gravedad de un cuerpo celeste para aumentar la velocidad de la sonda y cambiar su órbita sin consumir costoso propulsor.
El primer impulso de gravedad lunar de Nozomi se llevó a cabo en septiembre de 1998, y desde entonces ha realizado otro para elevar aún más su órbita en preparación para posteriores impulsos de gravedad de la Tierra.
Finalmente, Nozomi realizó un impulso de gravedad crítico el 20 de diciembre de 1998. Este proceso no sólo le permitió entrar en una órbita de escape hacia Marte, sino que también contó con la ayuda de un sistema de propulsión que debía sentar las bases para su llegada exitosa a Marte.
Sin embargo, llegó el punto de inflexión del destino. Durante el proceso de impulso de la gravedad de la Tierra, Nozomi no pudo alcanzar con éxito la órbita de Marte como se planeó originalmente debido a una falla en una válvula que resultó en la pérdida de combustible. Esto obligó al equipo de la misión a rehacer planes y posponer el plan original de exploración de Marte hasta 2003 y 2004.
En abril de 2002, Nozomi se acercó a la Tierra nuevamente, pero desafortunadamente encontró una fuerte erupción solar. Este evento dañó los sistemas de comunicación y energía del detector. Los esfuerzos posteriores permitieron a Nozomi realizar con éxito un impulso gravitacional desde la Tierra, pero surgieron más problemas técnicos durante los ajustes orbitales posteriores.
Aunque la misión finalmente no logró entrar en la órbita de Marte como se esperaba, Nozomi completó un sobrevuelo a Marte el 14 de diciembre de 2003, un proceso que todavía tiene valor científico, lo que lo convierte en un viajero que mantiene una órbita heliocéntrica. Aunque Nozomi no logró completar su misión científica, su existencia y tecnología arrojan nueva luz sobre futuras misiones de exploración a Marte.
Después de que terminó la misión de Nozomi, aunque enfrentó dificultades, su contribución a la tecnología de impulso de la gravedad sigue siendo digna de reconocimiento. Esta tecnología permite que una nave espacial acelere y ajuste su órbita sin utilizar demasiado combustible, lo cual es fundamental para futuras misiones de exploración del espacio profundo.
De cara a futuras exploraciones científicas, ¿cómo utilizarán las nuevas misiones estas tecnologías conocidas para superar desafíos desconocidos?