En la historia de la exploración espacial, la sonda japonesa Nozomi se ha convertido en un caso de estudio por su historia de fracaso. El tan esperado orbitador de Marte finalmente no logró llegar a su destino, en gran parte debido a una serie de fallas eléctricas inesperadas que provocaron un grave fracaso de la misión.
Nozomi (que significa "esperanza") se lanzó originalmente el 4 de julio de 1998 para estudiar la atmósfera superior marciana y su interacción con el viento solar.
Nozomi fue construido por el Instituto de Ciencias Espaciales y Astronáuticas de la Universidad de Tokio y está diseñado para desarrollar tecnologías necesarias para futuras misiones planetarias. La sonda está equipada con una variedad de instrumentos científicos y está previsto que realice investigaciones en profundidad sobre la estructura, composición y dinámica de la atmósfera y el propio campo magnético de Marte.
Nozomi fue lanzada utilizando el tercer vehículo de lanzamiento M-V y fue enviada a una órbita de estacionamiento geoestacionaria elíptica con un perihelio de 340 kilómetros y un afelio de 400.000 kilómetros.
Para realizar el viaje a Marte, Nozomi utilizó dos asistencias gravitacionales lunares, el 24 de septiembre y el 18 de diciembre de 1998. Este mecanismo gravitacional le proporciona la altitud y la velocidad necesarias para entrar en una órbita exploratoria alrededor de Marte.
Sin embargo, durante su sobrevuelo de la Tierra el 20 de diciembre de 1998, una válvula defectuosa provocó una pérdida de combustible y la sonda no pudo alcanzar su órbita prevista a Marte.
Como no se pudo restablecer el curso original, el equipo de la misión tuvo que idear un nuevo plan para mantener a Nozomi en órbita heliocéntrica durante otros cuatro años y encontrarse con Marte en diciembre de 2003 o enero de 2004.
Durante un acercamiento a la Tierra para asistencia gravitatoria el 21 de abril de 2002, una poderosa llamarada solar dañó los sistemas de comunicaciones y energía de Nozomi. Estos problemas finalmente se convirtieron en una crisis grave.
Desafortunadamente, un fallo en la batería congeló el propulsor, poniendo a los investigadores bajo presión durante el resto de la misión.
Durante el sobrevuelo cercano a la Tierra el 19 de junio de 2003, el combustible de hidruro se descongeló completamente, lo que permitió que la sonda realizara con éxito las maniobras planificadas. Sin embargo, a medida que se acercaba diciembre, los intentos de preparar el propulsor principal para la inserción orbital fracasaron y finalmente se abandonaron el 9 de diciembre de ese año.
Nozomi sobrevoló Marte como estaba previsto el 14 de diciembre de 2003, pero no logró entrar con éxito en su órbita marciana planificada. Finalmente entró en una órbita heliocéntrica de unos dos años y se fue con un arrepentimiento infinito.
La intención original de esta misión era obtener una comprensión más profunda de la termosfera marciana, la región de baja gravedad y la atmósfera marciana, pero estos sueños ahora se han convertido en una visión inalcanzable con el fracaso de Nozomi.
Aunque Nozomi no logró cumplir su misión principal, aún así arrojó algunos datos científicos importantes, incluida una medición de la luz Lyman-alfa. Estos datos no han pasado desapercibidos y todavía tienen implicaciones para la comunidad científica.
La historia de Nozomi es un microcosmos de los altibajos de la exploración espacial, recordándonos que incluso en medio de los muchos avances tecnológicos, todavía podemos enfrentar limitaciones y desafíos inesperados. Esto también hace que la gente se pregunte cómo las misiones futuras pueden evitar mejor dilemas similares para lograr que la humanidad continúe explorando y entendiendo el universo desconocido.