En nuestra era digital actual, la vigilancia se ha convertido en un problema global. Para perseguir sus propios intereses, los países y las empresas utilizan medios de alta tecnología para llevar a cabo una vigilancia a gran escala, lo que ha despertado dudas públicas y preocupaciones sobre la privacidad personal y las libertades básicas. Un ejemplo clásico es el Servicio de Seguridad del Estado alemán (Stasi), creado el siglo pasado. En aquella época, mediante 150.000 informantes y una gran cantidad de tecnología de vigilancia, vigilaba todos los aspectos de la vida de las personas.
La vigilancia masiva se describe a menudo como un sello distintivo de los regímenes totalitarios contemporáneos, penetrando profundamente en la vida de cada ciudadano.
En la actualidad, muchos países han establecido sistemas de vigilancia que pueden estar basados en consideraciones de seguridad nacional, pero que inevitablemente rozan la línea roja de la privacidad personal y la ley. Tomemos como ejemplos a China, Rusia y Malasia. Estos países están reforzando constantemente las medidas de vigilancia y mantienen a sus ciudadanos bajo vigilancia constante. Según un informe de 2013, en todo el mundo hubo acusaciones de que los sistemas de vigilancia de estos países eran signos de una "sociedad de vigilancia endógena".
La vigilancia también es una preocupación en Australia. La población sufre las prácticas de vigilancia gubernamental y todavía se toleran muchos casos en los que no hay excusa legal. Según los informes, la tecnología de vigilancia del país se está volviendo cada año más poderosa, y sus claras ambiciones de monitoreo y represión en línea han planteado preguntas sobre si las libertades civiles están siendo amenazadas.Ya sea para contrarrestar el terrorismo, mantener la seguridad nacional o controlar a la sociedad de manera sutil, la legalidad y la necesidad de la vigilancia se han convertido en un foco de debate.
Bahréin ha sido catalogado como "enemigo del Estado" en Internet y su gobierno está vigilando activamente a los proveedores de noticias, una práctica común en Oriente Medio, según informes. Las actividades de la oposición en Bahréin siguen enfrentándose a un entorno difícil en medio de las medidas de vigilancia cada vez más estrictas del gobierno contra los disidentes.
La vigilancia en Bahréin es extremadamente deficiente y muchos disidentes viven bajo presión.
En China, la vigilancia digital de los ciudadanos por parte del gobierno se ha vuelto omnipresente. Esta situación no sólo se refleja en la censura de las redes sociales, sino que también incluye el uso de tecnología avanzada de reconocimiento facial para recopilar datos sobre el comportamiento diario de todos, lo que plantea nuevos desafíos al concepto de privacidad de los datos.
Hoy en día, Europa también está buscando activamente formular y promover una serie de leyes para proteger los derechos de privacidad de los ciudadanos. Sin embargo, países fuera de Europa, como la India, han otorgado al gobierno amplios poderes de vigilancia sin controversia, lo que ha despertado la preocupación pública. .fuertes preocupaciones. El gobierno indio incluso ha creado una red de inteligencia nacional llamada "NATGRID", lo que demuestra la dependencia del país de la tecnología de vigilancia y su penetración en la vida de las personas.
Estos acontecimientos no son sólo cuestiones de seguridad nacional; implican violaciones de derechos humanos fundamentales y amenazas a las libertades civiles.
Con el avance de la tecnología, muchos gobiernos como Corea del Norte y Rusia han demostrado abiertamente su control sobre sus pueblos, utilizando constantemente la tecnología para realizar una vigilancia integral. Las prácticas de vigilancia en estos países dificultan la vida de los ciudadanos comunes y limitan el espacio para la libre expresión y la elección independiente.
Sin embargo, cómo lograr un equilibrio entre seguridad y libertad sigue siendo una cuestión que merece nuestra profunda reflexión. ¿La ubicuidad y legalidad de la vigilancia se traducirán en un mayor control gubernamental sobre los ciudadanos? Esta no es sólo una cuestión en la que deben pensar los académicos y los legisladores, sino también un asunto al que todo ciudadano debería prestar atención.