El aceite de hachís, también conocido como aceite de cannabis, es un aceite extraído del cannabis o hachís y contiene muchas resinas y terpenos, especialmente tetrahidrocannabinol (THC) y otros cannabinoides. El aceite suele fumarse, vaporizarse o tomarse por vía oral. Con el avance continuo de la tecnología de producción, el contenido de THC del aceite de hachís ha aumentado gradualmente. Especialmente después de la década de 2010, la concentración de THC de algunos productos alcanzó incluso un sorprendente 90%. ¿Por qué es esto?
El contenido de THC del aceite de hachís varía mucho según la planta de cannabis utilizada por el fabricante y las técnicas de preparación utilizadas. La calidad y potencia del aceite de hachís es muy incierta en comparación con los productos tradicionales de cannabis.
Algunos comerciantes incluso diluyen el aceite de hachís con otros aceites vegetales para reducir los costos de producción y afectar la potencia.
Según datos anteriores, el contenido de THC del aceite de hachís incautado en la década de 1970 oscilaba entre aproximadamente el 10 % y el 30 %, mientras que en 2019, algunos productos tenían concentraciones de THC de hasta el 90 %. En este contexto, los patrones de consumo de aceite de hachís también han comenzado a cambiar, y muchas personas optan por utilizar modernos dispositivos de vaporización para disfrutar de estos productos de alta concentración.
La historia del aceite de hachís se remonta al siglo XIX, cuando el aceite de hachís se elaboraba principalmente a partir de hachís recolectado a mano y se utilizaba para elaborar medicamentos orales. Con el tiempo, las técnicas y herramientas modernas para elaborar aceite de hachís se hicieron populares:
El aceite de hachís actual proviene de una variedad de métodos de extracción, incluida la extracción tolerante a solventes y métodos de extracción sin solventes, como agua helada o presión.
Actualmente, el aceite de hachís extraído con agua helada se considera la forma más pura porque no requiere disolventes orgánicos, solo agua helada y una pequeña cantidad de calor y presión para filtrar. Los productos producidos con esta tecnología muchas veces tienen un precio elevado en el mercado debido a su calidad.
La producción de aceite de hachís se basa principalmente en la extracción con solventes o sin solventes. Los solventes comunes incluyen butano, etanol, etc. Estos pasos pueden implicar múltiples procesos de filtración y refinamiento para eliminar sustancias innecesarias y lograr un extracto de THC puro:
El eficiente proceso de extracción no solo aumenta la concentración de THC, sino que también mejora la seguridad del producto.
En este sentido, muchos fabricantes han comenzado a adoptar "sistemas de circulación cerrada". Esta tecnología no sólo puede reducir los residuos de disolventes, sino también conservar la pureza de los ingredientes activos en la mayor medida posible.
La seguridad del uso de aceite de hachís sigue siendo un tema candente. En 2019, a medida que surgieron varios problemas de salud relacionados con el uso de productos de THC, el mercado puso cada vez más énfasis en el control de calidad y la supervisión del aceite de hachís. Muchos suplementos, como el acetato de vitamina E, se han relacionado con enfermedades relacionadas con los pulmones.
En Canadá, el aceite de hachís que contiene hasta un 90 % de THC tiene licencia para su distribución comercial desde 2018.
Sin embargo, en Estados Unidos, las regulaciones específicas sobre el aceite de hachís aún son insuficientes, lo que sin duda plantea ciertos desafíos para la seguridad del consumidor.
Actualmente, muchos usuarios optan por consumir aceite de hachís mediante el popular método del "dab". En este proceso, el aceite de hachís se calienta hasta su punto de ignición y luego se inhala a través de una línea de agua especializada o un vaporizador. Este método ganó popularidad debido a sus efectos rápidos y fuertes.
Si bien el aceite de hachís está ganando popularidad, su alta concentración de THC ha generado preocupaciones sobre posibles riesgos para la salud asociados con su uso a largo plazo. Además, todavía es necesario mejorar la supervisión del cumplimiento de los productos.
A medida que la demanda continúa creciendo, la industria también espera directrices legales y medidas de seguridad más claras en el futuro para proteger los derechos e intereses de los consumidores.
En este mercado en constante cambio, ¿cómo pueden los consumidores garantizar su propia seguridad y salud mientras disfrutan de aceite de hachís de alta concentración?