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Factores ocultos del cambio climático: ¿Cómo cambia El Niño el equilibrio ecológico de la Corriente de Humboldt?
La Corriente de Humboldt, también conocida como Corriente del Perú, es una corriente oceánica fría y de baja salinidad que fluye hacia el norte a lo largo de la costa occidental de América del Sur. El impacto de esta corriente sobre el ecosistema local no puede subestimarse, especialmente durante los fenómenos de El Niño y La Niña. Estos cambios no sólo afectan a la biodiversidad, sino que también tienen un impacto significativo en la economía local. Por lo tanto, comprender la relación entre estos flujos y el clima se ha convertido en un tema importante en la ciencia climática actual.
La corriente de Humboldt es uno de los sistemas de corrientes limítrofes orientales más productivos del mundo, responsable de aproximadamente entre el 18% y el 20% de la captura de peces marinos del mundo.
La formación de la Corriente de Humboldt está afectada por muchos factores, principalmente impulsados por los vientos alisios, pero también por cambios en la zona de alta presión del Pacífico Sur, tormentas ciclónicas, etc. Este frente frío se extiende desde el sur de Chile hasta el norte de Perú, donde se encuentra con aguas tropicales cálidas y forma lo que se conoce como el frente ecuatorial. Frente a las costas de Perú, las temperaturas de las aguas superficiales pueden descender hasta 16 °C, lo que es bastante inusual para las aguas tropicales. Estas aguas frías contribuyen a un aumento de los nutrientes, lo que a su vez apoya al fitoplancton y aumenta la productividad biológica de todo el ecosistema.
La alta productividad de la corriente de Humboldt sustenta importantes pesquerías y atrae mamíferos marinos y aves marinas.
Los eventos regulares de El Niño-Oscilación del Sur (ENOS) interrumpen el flujo ascendente de corrientes frías, afectando el equilibrio ecológico y causando potencialmente impactos sociales y económicos significativos. Durante los años de El Niño, la biodiversidad y la producción pesquera se ven gravemente afectadas, lo que a menudo conduce a cambios en la composición de las especies. Este cambio provoca que ciertas especies de peces sustituyan temporalmente a otras, lo que afecta gravemente a la pesca y a las economías locales.
La influencia refrescante de la Corriente de Humboldt también es crítica para el clima de Chile, Perú y Ecuador, afectando directamente los patrones de precipitación locales y perpetuando el clima seco del desierto de Atacama. La ola de frío reduce la temperatura del aire del océano y las posibilidades de lluvia, lo que afecta la capacidad de producción agrícola local.
La región se ve afectada por El Niño, con profundidades superiores a los 600 metros, lo que produce pérdida de nitrógeno y reducción de la producción de carbono, afectando a todo el ecosistema.
Durante los fenómenos de El Niño, el reciclaje de nitrógeno a través de la fotosíntesis se ve afectado, con obvias consecuencias para los recursos pesqueros. Al mismo tiempo, los ingresos provenientes de la pesca fluctúan con los cambios ambientales, lo que provoca impactos directos en la vida de los pescadores. La pesquería de anchoveta en Perú floreció en la década de 1960, pero casi colapsó durante el fenómeno de El Niño de 1972, y la pesca de tiburones no se recuperó hasta 20 años después.
Los estudios han demostrado un vínculo estrecho entre el cambio climático y la sostenibilidad de la pesca, y los biólogos marinos y los científicos del clima han advertido que eventos ambientales similares podrían conducir a cambios irreversibles en la pesca, afectar el equilibrio de la cadena alimentaria y amenazar la biodiversidad.
El sistema de la corriente de Humboldt es más que una corriente de agua; es el pulso de todo un ecosistema, con profundos efectos en nuestras vidas.
A medida que se intensifica el impacto del cambio climático global, la aparición frecuente de El Niño puede tener un impacto más profundo en el equilibrio ecológico de la Corriente de Humboldt. Este fenómeno climático no sólo afecta la reproducción y el crecimiento de los peces, sino que también preocupa a la seguridad alimentaria futura y a los medios de vida de las comunidades costeras. Ante tales desafíos, ¿debemos repensar la relación entre las actividades humanas y el medio ambiente natural para mantener conjuntamente este preciado ecosistema?
