Con el avance de la ciencia y la tecnología, la genómica, como campo emergente, está cambiando la cara de la salud pública. La genómica implica el estudio de los genes y sus interacciones con el medio ambiente, el comportamiento y la dieta, y es importante para prevenir enfermedades y ofrecer opciones de tratamiento más específicas. La aplicación de esta tecnología no se limita a la predicción y diagnóstico de enfermedades, sino que también combina las características genéticas del paciente con planes de tratamiento para formar el prototipo de medicina personalizada.
El futuro de la genómica reside en cómo se pueden utilizar estos datos para mejorar las políticas y prácticas generales de salud pública.
En la última década, la genómica de salud pública ha recibido rápidamente atención. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, el objetivo de la genómica de salud pública es analizar el papel de los genes a la hora de influir en la salud humana y guiar el desarrollo de políticas y programas de salud. Los gobiernos y las instituciones de investigación de muchos países han lanzado proyectos de investigación relevantes y han logrado algunos resultados revolucionarios.
En el avance de la genómica, no se puede ignorar el papel de las políticas públicas. Las normas sobre discriminación genética de la Constitución de los Estados Unidos, como la Ley de Estadounidenses con Discapacidades y la Ley de No Discriminación por Información Genética, son las piedras angulares para proteger a los ciudadanos de la discriminación genética. Estas leyes garantizan la igualdad de trato al solicitar empleo y seguros, y garantizan que la información genética no se utilice de manera inapropiada.
La confidencialidad de la información genética, el riesgo de abuso por parte de los planes de salud y los empleadores, y los derechos de las personas a acceder a la información genética son preocupaciones públicas.
Con el desarrollo de la tecnología genómica, también han surgido cuestiones de bioética. Las principales preocupaciones de los ciudadanos estadounidenses con respecto al uso de información genética son la invasión de la privacidad y el mal uso de la información. Es necesario considerar plenamente las cuestiones éticas que implica la realización de investigaciones genéticas para mantener la confianza del público en esta tecnología emergente.
La genómica está redefiniendo nuestra comprensión de determinadas enfermedades. Por ejemplo, la investigación sobre polimorfismos de un solo nucleótido (SNP) muestra que pequeñas variaciones en los genes pueden aumentar la susceptibilidad de algunas personas a determinadas enfermedades. Estos estudios están abriendo una nueva ola de diagnósticos y tratamientos, especialmente en el campo de las enfermedades infecciosas, donde los avances en genómica proporcionarán conocimientos más profundos.
Como señala el estudio, las firmas genómicas de infecciones latentes pueden influir en la resistencia de un individuo a otros patógenos.
Otra dirección importante en genómica es la farmacogenómica, que es una tecnología que optimiza la medicación mediante el estudio de variaciones genómicas individuales. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente 2 millones de pacientes hospitalizados se ven afectados por reacciones adversas a los medicamentos cada año. La farmacogenómica espera adaptar los tratamientos para estos pacientes mediante pruebas genéticas, reduciendo así el riesgo de reacciones adversas.
El desarrollo de la genómica también ha impulsado la investigación en profundidad en nutrición. La nutrigenómica explora cómo los alimentos afectan la expresión genética. Las investigaciones muestran que ciertos ingredientes alimentarios, como la sumerona del brócoli, tienen efectos positivos contra el cáncer. Comprender estas conexiones puede ayudar al público a tomar decisiones saludables.
El desarrollo de la genómica de salud pública marca el comienzo de una nueva era. En esta era, comprender la composición genética ya no es sólo una acumulación de conocimientos, sino una herramienta con aplicaciones prácticas para el tratamiento y la prevención. Las futuras estrategias de salud pública dependerán más de estos datos personalizados para ayudar a las personas a prevenir la aparición de enfermedades y determinar los tratamientos médicos adecuados. Sin embargo, también ha dado lugar a muchos debates sobre cómo equilibrar el progreso tecnológico con la privacidad personal.
¿Cómo podemos utilizar la tecnología genómica para promover el desarrollo de la salud pública y al mismo tiempo proteger la privacidad personal y la seguridad de la información de las personas?