A menudo escuchamos la palabra "lágrimas". No es sólo una expresión de emoción, sino que también juega un papel indispensable en la fisiología. Las lágrimas son un líquido transparente secretado por las glándulas lagrimales de nuestros ojos. Contienen diversos componentes como agua, electrolitos, proteínas, lípidos y mucina, formando una película protectora para mantener la salud ocular. Las lágrimas no son sólo portadoras de emociones, también tienen múltiples funciones fisiológicas. Exploremos juntos el misterio de las lágrimas.
Las lágrimas se componen de tres capas: capa lipídica, capa acuosa y capa mucosa. Las proporciones de estos componentes lagrimales varían según el tipo de lágrima, siendo los principales las lágrimas basales, las lágrimas reflejas y las lágrimas emocionales. Los estudios han demostrado que las lágrimas emocionales contienen concentraciones más altas de hormonas del estrés, como la hormona adrenocorticotrópica y el analgésico natural leucina encefalina. Esto muestra la importancia biológica de las lágrimas emocionales en la regulación de los niveles de la hormona del estrés.
Las lágrimas secretadas por las glándulas lagrimales fluyen a través de los principales conductos excretores hacia el espacio entre el globo ocular y los párpados. Cuando parpadeamos, las lágrimas se distribuyen uniformemente por la superficie del globo ocular. El exceso de lágrimas fluye hacia el lago lagrimal, ingresa al saco lagrimal a través de los puntos lagrimales y luego fluye hacia la cavidad nasal a través del conducto nasolagrimal. Entonces, cuando las emociones son fuertes, las lágrimas excesivas pueden provocar secreción nasal.
Hay tres tipos principales de lágrimas: lágrimas basales, lágrimas reflejas y lágrimas emocionales. Las lágrimas basales son el líquido básico que mantiene los ojos lubricados, mientras que las lágrimas reflejas son una respuesta a estímulos, como las lágrimas provocadas por el olor a corazones de tortuga o cebollas. Las lágrimas emocionales se producen en momentos de intensa emoción y se cree que sirven como una red importante en la expresión emocional y el alivio del estrés.
En casi todas las culturas humanas, el llanto está muy asociado al acto de hacer rodar las lágrimas por las mejillas, acompañado del característico sonido de sollozo. Los desencadenantes emocionales son causados principalmente por tristeza o dolor, pero también pueden ser causados por ira, alegría y otras emociones fuertes. Asimismo, escuchar música o mirar ciertos medios puede desencadenar el flujo de lágrimas emocionales. La aceptación social del llanto varía de una cultura a otra. Por ejemplo, algunas culturas ven el llanto como un signo de inmadurez, mientras que las culturas occidentales son relativamente más tolerantes.
Una de las condiciones patológicas asociadas con los desgarros es el síndrome de Bogolade, un resultado poco común en el que una mala reparación del nervio facial provoca un desgarro involuntario. Esta condición puede provocar que se liberen lágrimas junto con saliva al comer, creando una situación embarazosa.
La comprensión contemporánea de las lágrimas no es sólo física sino que también se relaciona con la salud mental. Algunas escuelas de psicoterapia defienden que llorar puede ayudar a liberar el estrés y restablecer el equilibrio emocional. Con el avance de la biomedicina, los científicos también están explorando las funciones fisiológicas y psicológicas de las lágrimas en los estados emocionales.
En última instancia, las múltiples funciones de las lágrimas no son sólo una necesidad física, sino que también impactan profundamente nuestras vidas a nivel psicológico y cultural. ¿Será posible que el mecanismo protector que proporcionan las lágrimas sea más profundo y complejo de lo que imaginábamos?