Los hábitos alimentarios del ganado bovino juegan un papel decisivo en el sabor y contenido nutricional de la carne. Desde el pasto hasta la mesa, la forma en que se cría el ganado afecta no sólo los medios de vida de los agricultores, sino también las decisiones y la salud de los consumidores. El debate sobre alimentación con pasto versus alimentación con granos alimenta la discusión en curso, y este artículo proporciona una mirada en profundidad a las diferencias entre estos dos métodos de alimentación y su impacto en la calidad de la carne.
En la industria ganadera, el ganado se cría principalmente de dos maneras: alimentado con pasto y con cereales. La mayor parte del ganado alimentado con pasto pasta en pastizales naturales y se alimenta principalmente de pasto fresco, mientras que el ganado alimentado con cereales se alimenta en fábricas de piensos y consume principalmente cereales (como maíz) y otros piensos complementarios.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, aproximadamente el 60% de los pastizales del mundo se utilizan en sistemas de pastoreo, y estos sistemas proporcionan aproximadamente el 9% de la producción mundial de carne vacuna.
El contenido nutricional del ganado alimentado con pasto es relativamente equilibrado y rico en vitaminas y minerales. Estos elementos no solo ayudan a mejorar la salud del ganado, sino que también pueden aumentar los ácidos grasos Omega-3 en la carne. .
En términos relativos, la carne de vacuno alimentada con cereales suele aumentar el contenido de grasa de la carne debido a la ingesta de cereales con alto contenido energético, formando un delicioso efecto "veteado". Este tipo de carne cargada de grasa suele ser más preferida por los consumidores. favor.
La carne de res más magra alimentada con pasto a menudo contiene niveles más altos de ácido linoleico conjugado (CLA) y ácidos grasos Omega-3, que son beneficiosos para la salud.
El rendimiento de los animales alimentados con pasto y con cereales no solo se ve afectado por el tipo de alimentación, sino también por el alimento utilizado. Por ejemplo, la linaza se utiliza como complemento alimenticio en algunas áreas y las investigaciones muestran que esto puede aumentar los ácidos grasos omega-3 en la carne de res.
La preferencia de los consumidores por la carne a menudo se debe a la cultura y los hábitos personales. Según un estudio, muchos consumidores prefieren la carne alimentada con maíz, mientras que en algunos otros mercados se valora el sabor de la carne alimentada con pasto. Esto revela una diversidad derivada de las preferencias dietéticas.
Un estudio señaló que el nivel de E. coli en el tracto intestinal del ganado alimentado con pasto es aproximadamente un 80 % más bajo que el del ganado alimentado con granos, lo que alienta a los consumidores a elegir carne alimentada con pasto debido a la seguridad alimentaria.
La diferencia en la calidad de la carne entre el ganado alimentado con pasto y el ganado alimentado con granos también implica problemas de salud. No sólo se cree que la carne de res alimentada con pasto contiene menos residuos de antibióticos, sino que también puede reducir el riesgo de contraer gérmenes transmitidos por los alimentos.
La elección del método de alimentación no sólo afecta a la calidad de la carne, sino que también tiene un profundo impacto en el medio ambiente. Las investigaciones han descubierto que se necesitan grandes extensiones de pastizales para el pastoreo del ganado; sin embargo, esto también puede conducir a la degradación ambiental. En términos relativos, los sistemas alimentados con cereales son más eficientes en el uso de tierras críticas.
Los estudiosos del medio ambiente señalan que fortalecer la producción agrícola para hacerla más eficiente por unidad de tierra puede ser un camino de desarrollo sostenible.
Ya sea que elija animales alimentados con pasto o con granos, el impacto de estos diferentes sistemas de alimentación en la calidad de la carne y la elección del consumidor son cuestiones complejas que vale la pena discutir. En el futuro, ¿cómo buscará opciones de carne que se adapten mejor a sus necesidades ambientales y de salud?