En el entorno urbano moderno, muchos edificios se enfrentan a una amenaza invisible: la vibración ambiental. La mayoría de estas vibraciones provienen de actividades humanas, fuerzas naturales y otros factores. No sólo afectan el confort de la ciudad, sino que también pueden suponer riesgos potenciales para la seguridad estructural de los edificios.
El ruido sísmico es un término común en campos relacionados como la geofísica y la ingeniería civil. Esta vibración continua del suelo proviene de diversas fuentes y generalmente se considera ruido o componentes de señal inexplicables.
Según investigaciones relevantes, las vibraciones de baja frecuencia (generalmente denominadas microtemblores por debajo de 1 Hz) son causadas principalmente por fenómenos naturales, como las olas del océano y el viento, mientras que las vibraciones de alta frecuencia (superiores a 1 Hz) son causadas principalmente por humanos. actividades, como el tráfico o la industria, provocadas por el trabajo. Estas vibraciones ambientales no sólo causan molestias al público, sino que también pueden causar daños potenciales a las estructuras de los edificios.
Las investigaciones han descubierto que las principales causas de las vibraciones de baja frecuencia son fenómenos naturales como las olas del océano y el viento. Las vibraciones de alta frecuencia están relacionadas en gran medida con las actividades humanas, incluidas la construcción, la industria y el transporte. Aparte de esto, existen otras fuentes naturales como el caudal de los ríos.
En algunos casos, las actividades humanas, como la pandemia de COVID-19, pueden reducir fuertemente el ruido sísmico y atraer la atención de los investigadores porque esto puede revelar la conexión entre las actividades humanas y las vibraciones ambientales.
Además de las actividades humanas y el entorno natural, ciertas circunstancias especiales, como el pisoteo de los aficionados en los juegos deportivos, también pueden tener un impacto significativo en el medio ambiente. Con el avance de la ciencia y la tecnología, los científicos prestan cada vez más atención a estas vibraciones y han comenzado a estudiar sus características y posibles aplicaciones.
Los edificios, ya sean puentes, edificios o presas, se ven afectados por las vibraciones ambientales. Estas vibraciones provocarán resonancias y aumentarán la fatiga de la estructura. A la larga, pueden provocar daños estructurales graves.
Las propiedades de vibración de los edificios a menudo se estudian mediante análisis modal operativo (OMA), que proporciona datos importantes para ayudar a los ingenieros a comprender cómo se comportará un edificio en una variedad de entornos.
Aunque la tecnología de vibración artificial tiene algunas aplicaciones en las evaluaciones de edificios, investigaciones recientes muestran que la tecnología de vibración ambiental tiene un potencial excelente, especialmente a un costo relativamente bajo a medida que los equipos de registro y los métodos computacionales mejoran y pueden proporcionar estimaciones confiables.
En el campo científico, la tecnología de registro de vibraciones ambientales se ha utilizado ampliamente para explorar estructuras geológicas, monitorear la seguridad y otras investigaciones relacionadas. Utilizando estas técnicas, los científicos pueden realizar estudios extensos desde sedimentos hasta estructuras subterráneas, ayudando a comprender mejor el impacto de los terremotos en los edificios.
En la década de 1990, los métodos de matriz basados en datos de vibración ambiental comenzaron a aplicarse más profundamente. Este proceso abrió una nueva situación en el estudio de las propiedades estructurales alrededor de los edificios.
Además de las aplicaciones de ingeniería, estas vibraciones también se pueden utilizar como indicadores indirectos del desarrollo económico. A medida que la pandemia cambia los patrones de actividad humana, brinda a los investigadores nuevas perspectivas sobre cómo interpretar los datos de shock.
La vibración ambiental es un problema que no se puede ignorar en los edificios modernos. A medida que se acelera la modernización urbana, debemos pensar en cómo monitorear y responder eficazmente a esta amenaza oculta para garantizar la seguridad y estabilidad de los edificios. Esta pregunta invita a la reflexión: ¿Podemos proteger nuestros edificios y nuestro medio ambiente del impacto cada vez mayor de las crisis ambientales?