El tejido adiposo ya no se considera un mero depósito de energía, sino que es de hecho un importante órgano endocrino que secreta una variedad de hormonas que tienen un profundo impacto en la salud humana. En el pasado, nuestra comprensión de la grasa se centraba principalmente en su función: almacenar energía y proporcionar amortiguación, pero a medida que la investigación se profundizó, los científicos descubrieron que hay muchas sustancias biológicamente activas importantes en el tejido adiposo.
El tejido adiposo puede afectar el metabolismo energético, la respuesta inflamatoria, la sensibilidad a la insulina y muchos otros aspectos.
El tejido adiposo está compuesto de adipocitos (también llamados adipocitos) y contiene una variedad de células como preadipocitos, fibroblastos y macrófagos, incluida la fracción vascular estromal (SVF). En circunstancias normales, el tejido graso proporciona retroalimentación al cerebro sobre el apetito y la alimentación. Sin embargo, en el caso de la obesidad, el tejido adiposo continúa liberando marcadores proinflamatorios, lo que afecta diversas funciones corporales.
El tejido adiposo incluye principalmente dos tipos: tejido adiposo blanco (WAT) y tejido adiposo marrón (BAT). El tejido adiposo blanco se utiliza principalmente para el almacenamiento de energía, mientras que el tejido adiposo marrón participa principalmente en la producción de calor, un descubrimiento realizado por primera vez por el naturalista suizo Conrad Geissner en 1551.
En los seres humanos, el tejido adiposo se puede encontrar debajo de la piel (grasa subcutánea), alrededor de los órganos internos (grasa visceral), en la médula ósea (médula ósea amarilla), entre los músculos (sistema muscular) y dentro de los senos (tejido mamario). ). Estas ubicaciones específicas se denominan depósitos de grasa y las propiedades bioquímicas de cada sitio varían.
La grasa visceral tiene características metabólicas diferentes de la grasa subcutánea y está estrechamente asociada con el riesgo de diabetes, enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades relacionadas con la obesidad.
Estudios recientes han destacado el vínculo entre la grasa visceral y una variedad de enfermedades, en particular la función metabólica del cuerpo. El exceso de grasa visceral no sólo se oculta en el abdomen, sino que también está estrechamente relacionado con las hormonas y las respuestas inflamatorias del cuerpo.
La situación actual de la obesidadLa obesidad se ha convertido en un importante problema de salud pública en todo el mundo. La acumulación de grasa causada por la obesidad puede causar una serie de problemas de salud, entre ellos diabetes tipo 2, hipertensión arterial y enfermedades cardiovasculares. Durante este proceso, el tejido adiposo se inflama y libera continuamente sustancias proinflamatorias, creando un círculo vicioso.
"Cuando tienes sobrepeso, se inhibe el funcionamiento normal del tejido graso, lo que a su vez afecta tu salud general".
El tejido adiposo no sólo es un depósito de energía estática, sino también un órgano endocrino activo que secreta leptina, resistina, estrógeno y varias citocinas. Estas secreciones pueden influir en el apetito, el metabolismo y la inflamación, y ayudar a mantener la sensibilidad a la insulina.
Los estudios han demostrado que el almacenamiento de grasa abdominal está directamente relacionado con una incidencia significativamente mayor de enfermedades cardíacas, especialmente en personas con niveles de estrés más elevados, la proporción de grasa visceral también aumenta en consecuencia.
Importancia de la grasa pardaEl tejido adiposo pardo está siendo cada vez más reconocido por su papel en el cuerpo humano, ya que es responsable del gasto calórico y del equilibrio energético. Estas células grasas son capaces de convertir la grasa almacenada en calor, lo cual es esencial para mantener la temperatura corporal y el metabolismo energético. Los científicos también están tratando de estimular la actividad de la grasa parda a través de diferentes métodos fisiológicos para aumentar la tasa metabólica general y ayudar a perder peso.
Tendencias futuras del desarrolloCon el avance de la tecnología, los científicos están trabajando para extraer células madre adultas del tejido adiposo para promover la regeneración tisular. Esta técnica no sólo reduce el riesgo de rechazo de tejido, sino que también evita los problemas éticos asociados con el uso de células madre embrionarias humanas. Las células madre generadas a partir de diferentes depósitos de grasa muestran características diferentes y se convertirán en un foco de investigación en el futuro.
"Las aplicaciones biomédicas del tejido adiposo continúan expandiéndose y algún día podrían conducir a programas más efectivos de pérdida de peso y mantenimiento de la salud".
Hasta el momento, nuestro conocimiento sobre el tejido adiposo sigue en aumento. La grasa ya no es simplemente el "remanente" en el que solíamos pensar, sino un órgano endocrino fisiológicamente vital. ¿Cómo vemos el impacto del tejido adiposo en nuestra salud? ¿Merece la pena que lo consideremos en profundidad?