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onozca la curiosa conexión entre la varicela y el herpes zóster y por qué el mismo virus causa ambas enfermedades
La varicela y el herpes zóster, dos enfermedades comunes de la piel, en realidad son causadas por el mismo virus, el virus varicela-zoster (VZV). El virus no sólo es visualmente desagradable, sino que también representa una amenaza potencial para la salud. Este artículo analiza más de cerca la conexión entre los dos y por qué el mismo virus puede causar dos enfermedades muy diferentes.
El virus varicela-zoster es un virus humano único con complejos mecanismos de infección y latencia.
El viaje de la varicela
La varicela suele ser una enfermedad común entre niños y adolescentes, y ingresa al cuerpo principalmente a través del tracto respiratorio. El período de incubación es de aproximadamente 10 a 21 días, y los primeros días de la enfermedad suelen ser el período de posible contagio. Las características clínicas de la varicela incluyen la apariencia generalizada de pequeñas ampollas que eventualmente se rompen y forman costras.
El curso de la varicela dura aproximadamente de tres a cuatro días, pero durante este tiempo pueden ocurrir complicaciones más graves debido a una infección viral, como neumonía o encefalitis.
Aunque los síntomas clínicos de la varicela generalmente se resuelven en unos pocos días, el virus permanece latente en el sistema nervioso, esperando actuar.
Aparición de herpes zoster
A diferencia del curso agudo de la varicela, los ataques de herpes zoster generalmente ocurren en adultos infectados con VZV. Después de años de incubación, el virus puede reactivarse debido a factores como el estrés, el debilitamiento de la función inmune o el envejecimiento. Aproximadamente un tercio de las personas desarrollarán culebrilla a lo largo de su vida.
Los síntomas de la culebrilla suelen ser una erupción dolorosa en un lado de la piel, acompañada de enrojecimiento, hinchazón y ampollas. Estos síntomas pueden provocar dolor nervioso persistente, conocido como neuralgia posherpética, que provoca malestar a largo plazo.
El riesgo de culebrilla aumenta con la edad y la tasa de incidencia puede llegar al 50% en personas de 85 años o más.
Mecanismo latente
Después de la infección inicial por varicela, el VZV permanecerá latente en las neuronas, lo cual es un factor clave en la causa del herpes zoster. El VZV latente en el nervio trigémino y las raíces del nervio espinal no muestra síntomas inmediatos. En cambio, existe "tranquilamente" hasta que algún tipo de estrés o respuesta inmune en el cuerpo lo reactiva.
Esta característica latente permite que el VZV siga causando daño al huésped después de la infección.
Tratamiento y Prevención
Los tratamientos difieren para la varicela y el herpes zóster. El tratamiento principal para la varicela es el aciclovir, mientras que el tratamiento para el herpes zóster también incluye otros medicamentos antivirales, como famciclovir y valaciclovir. El tratamiento temprano puede acortar significativamente la duración de los síntomas.
En términos de prevención, la vacuna contra la varicela se ha promovido en muchos países desde 1995, reduciendo significativamente la incidencia de la varicela. Al mismo tiempo, se introdujeron vacunas contra la culebrilla, como Zostavax y Shingrix, para reducir las posibilidades de desarrollar la enfermedad en los adultos mayores.
La popularización de las vacunas ha reducido significativamente la incidencia de la varicela, pero el efecto sobre la culebrilla necesita más observación.
El impacto social de la varicela y el herpes zóster
La varicela y el herpes zóster no sólo afectan la salud física individual, sino que también tienen un impacto en la sociedad. Los brotes de varicela pueden provocar el cierre de escuelas y el herpes zóster puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de los adultos mayores.
Los estudios de los últimos años han demostrado que, aunque la promoción de vacunas ha reducido la incidencia de la varicela, la incidencia del herpes zóster ha aumentado en algunas áreas, lo que ha despertado preocupación en la comunidad médica.
¿Significa este fenómeno que los niveles de anticuerpos inducidos por la vacuna se reducen, aumentando así el riesgo de reinfección?
Por lo tanto, estudiar la conexión entre las dos enfermedades y seguir prestando atención a la eficacia de la vacuna serán temas importantes en el futuro. Después de todo, cómo equilibrar los beneficios de las vacunas con los riesgos relativos es sin duda un desafío al que se enfrentan todos los científicos y profesionales médicos. ¿Cómo debemos prepararnos y armarnos en esta batalla contra el virus?
