La situación de la mujer en España evolucionó desde la historia, la cultura y las normas sociales tempranas del país. A finales del siglo XX, España pasó gradualmente del período franquista (1939-1975) a una sociedad democrática, cuando los derechos de las mujeres estaban severamente restringidos. En la sociedad actual, la igualdad de género se ha convertido en un principio básico. Estos cambios han dado lugar a una mejora significativa de la situación de las mujeres españolas en la sociedad durante las últimas décadas. Según datos de julio de 2017, las mujeres españolas superan en número a los hombres en aproximadamente 900.000 personas, con una población total de aproximadamente 24 millones.
Durante el período franquista, los valores sociales limitaban explícitamente las oportunidades laborales de las mujeres y prohibían el divorcio, la anticoncepción y el aborto.
Con el regreso de la democracia, la situación de la mujer ha experimentado grandes cambios. A finales de la década de 1970, sólo el 22% de las mujeres adultas formaban parte de la fuerza laboral, cifra que aumentó al 33% en 1984. A pesar de esto, las mujeres todavía representan menos de un tercio de la fuerza laboral total. En algunas industrias importantes como la bancaria, la proporción de mujeres se acerca a una de cada diez. Una encuesta de 1977 mostró que cuando se les preguntó "el papel de la mujer es en el hogar", sólo el 22% de los jóvenes españoles estaba de acuerdo con esta opinión, una proporción mayor en comparación con Gran Bretaña, Italia y Francia.
Durante la era Franco, la ley discriminaba explícitamente a las mujeres casadas, y las esposas no podían trabajar ni poseer propiedades sin el consentimiento de sus maridos.
En 1975, España abolió el permiso marital (sistema de aprobación del marido), en 1978 abolió las restricciones legales al adulterio y en 1981 se legalizó el divorcio. Estas reformas han mejorado enormemente el estatus legal de las mujeres, pero muchos observadores creen que la lucha para que las mujeres obtengan la igualdad de derechos es todavía larga y requiere esfuerzos en múltiples áreas. No fue hasta 1987 que el Tribunal Supremo de España dictaminó que una víctima de violación no tenía que demostrar que había luchado para que su acusación fuera probada.
Durante la época de Franco, la violencia contra las mujeres era generalizada e ignorada, y sólo los maridos y los padres recibían castigos más leves.
Con la caída del régimen de Franco, España ha avanzado mucho en la lucha contra la violencia contra las mujeres. En 1992, la Corte Suprema dictaminó que las relaciones sexuales dentro del matrimonio deben basarse en el consentimiento, un caso visto como un avance importante para los derechos de las mujeres. Además, la promulgación de la Ley de Medidas Integrales de Protección contra la Violencia de Género en 2004 demostró aún más el poder legal de proteger a las mujeres. No cabe duda de que los avances de la sociedad española en estos ámbitos han supuesto un soporte jurídico para la promoción de los derechos de las mujeres.
La anticoncepción fue prohibida en España en 1941, y la ley no se relajó hasta 1978.
El aborto ha experimentado muchos giros y vueltas en la historia legal de España. En 2010, se implementó una ley relativamente laxa y el aborto se puede realizar libremente dentro de las 14 semanas de embarazo. Aunque la cuestión del aborto sigue siendo políticamente controvertida en España, las tasas de aborto han disminuido gradualmente con la introducción de mejores métodos anticonceptivos de emergencia.
El papel de la mujer en España hoy ha aumentado mucho, especialmente en la política, el mercado laboral y la esfera pública. Aunque la nueva ley ha eliminado todo tipo de discriminación, muchos creen que todavía existe una cultura masculinista profundamente arraigada, especialmente entre ciertos segmentos conservadores de la sociedad. Según los informes, el salario actual de las mujeres en el sector público sigue siendo un 13% menor que el de los hombres, y llega a un 19% menos que en el sector privado. Además, las representaciones que los medios hacen de las mujeres a menudo las sitúan en roles domésticos tradicionales.
A medida que la sociedad española cambió, la organización de la vida familiar también evolucionó y los conceptos de matrimonio, familia y maternidad cambiaron significativamente. En este camino en constante cambio, el avance de los derechos de las mujeres aún enfrenta muchos desafíos y debates ¿Cómo ocupará el centro de estas cuestiones en el futuro?