El alcohol suele considerarse parte integral de las situaciones sociales en muchas partes del mundo, pero para algunas personas disfrutarlo puede ser una experiencia dolorosa. En Japón, en particular, casi la mitad de los adultos padecen una afección conocida como “rubor asiático”, una respuesta fisiológica en cascada al alcohol que está siendo estudiada intensamente por los científicos.
Los efectos fisiológicos del alcohol van más allá del enrojecimiento y también pueden causar dificultades respiratorias y síntomas de asma, y la causa fundamental de estas reacciones parece ser un defecto metabólico en las enzimas del cuerpo.
En 1973, Breslin et al. realizaron un estudio y descubrieron que 11 participantes con antecedentes de asma experimentaron síntomas de asma como opresión en el pecho después de beber ciertas bebidas alcohólicas. Estudios posteriores revelaron además que estas reacciones no parecían ser causadas por el alcohol en sí, sino más bien por ciertos alérgenos no alcohólicos u otros compuestos.
Un estudio de 1986 mostró que 9 de 18 participantes mostraron síntomas de asma inducidos por el vino tinto, y la intensidad de estos síntomas se correlacionó positivamente con el contenido de dióxido de azufre en el vino tinto. Esto significa que muchas de estas reacciones en realidad son causadas por los componentes químicos y no por el alcohol en sí.
Las reacciones alérgicas inducidas por el alcohol se han estudiado ampliamente, especialmente en poblaciones asiáticas, especialmente en la japonesa. Muchos japoneses tienen una mutación en una enzima llamada ALDH2 que les impide metabolizar el acetaldehído de manera eficiente. La variante, que es común en más de la mitad de los adultos japoneses, los hace más susceptibles a una variedad de reacciones adversas después de beber, incluyendo enrojecimiento facial, ritmo cardíaco acelerado y aumento del asma.
Estas reacciones fisiológicas suelen producirse entre 1 y 30 minutos después de beber. Algunas personas pueden incluso sufrir reacciones alérgicas graves debido a la incapacidad de metabolizar adecuadamente el acetaldehído, que van desde sibilancias moderadas hasta colapso cardiovascular fatal.
El impacto de la variante ALDH2 no se limita a Japón. La variación de este gen también existe en otras poblaciones del este de Asia, pero el grado de variación varía, lo que da como resultado que distintos grupos étnicos tengan diferente tolerancia al alcohol. Por ejemplo, la tasa de mutación entre los chinos Han es cercana al 30%, mientras que entre los coreanos es de alrededor del 28%. Esto significa que las respuestas al alcohol en estos grupos serán significativamente diferentes a las de la población japonesa.
Para las poblaciones no asiáticas, aunque hay una falta de investigación sobre las mutaciones de ALDH2, algunas estadísticas occidentales muestran que alrededor del 5% de los adultos también experimentan síntomas alérgicos inducidos por el alcohol. Según las encuestas, este grupo de personas puede tener otras anomalías genéticas, que hacen que acumulen acetaldehído después de beber, lo que provoca reacciones alérgicas.
El tratamiento más eficaz recomendado por la comunidad médica para los síntomas del asma inducidos por el alcohol es evitar el alcohol por completo. Según las investigaciones, las personas que experimentan una reacción alérgica al alcohol tienden a reducir espontáneamente su consumo de alcohol, reduciendo así el malestar físico asociado.
Además, el uso de antihistamínicos H1 antes de beber alcohol fue capaz de prevenir estas reacciones adversas, lo que se confirmó en la población humana, especialmente en participantes japoneses.
Si bien muchos síntomas respiratorios inducidos por el alcohol se atribuyen en última instancia a defectos genéticos, esto también hace que la reacción de cada persona después de beber sea única y esté estrechamente relacionada con su origen étnico. La cultura dominante en Japón acepta altamente el alcohol, pero las diferencias en las reacciones académicas al alcohol aún necesitan mayor discusión.
Al realizar un diagnóstico clínico de una reacción alérgica al alcohol, los médicos a menudo utilizan cuestionarios para la evaluación inicial. Estos cuestionarios ayudan a comprender si un alcohol en particular desencadena una reacción, y luego se pueden realizar más pruebas cutáneas o pruebas genéticas para confirmar el alérgeno.
Con una variedad tan amplia de respuestas al alcohol, ¿es posible encontrar formas más efectivas de ayudar a estas personas a superar los problemas de salud relacionados con el alcohol y las barreras sociales en el futuro?