Existe una creciente preocupación por las reacciones respiratorias causadas por el alcohol, conocidas como sibilancias o síntomas respiratorios inducidos por el alcohol, y son particularmente comunes en personas con antecedentes de asma. Estas reacciones no son simples reacciones alérgicas, sino reacciones broncoconstrictoras patológicas del cuerpo al alcohol y sus componentes.
"Estas reacciones muestran mecanismos diferentes, a menudo relacionados con la raza, y son distintas del asma clásica inducida por alergia".
Históricamente, en un estudio de 1973, los científicos encontraron que seis de 11 pacientes con antecedentes importantes de asma después de beber alcohol desarrollaron opresión en el pecho y otros síntomas de asma después de beber ciertas bebidas alcohólicas. Estas reacciones ocurrieron casi inmediatamente después de beber, lo que indica que no fueron causadas simplemente por la inhalación del olor liberado por la bebida.
A medida que continúan las investigaciones, los expertos han descubierto que el alcohol en sí, así como otros ingredientes de la bebida, pueden desencadenar estas reacciones. En un estudio de 1986, nueve pacientes mostraron constricción de las vías respiratorias después de beber vino tinto, y esta reacción se correlacionó positivamente con la cantidad de dióxido de azufre contenida en el vino, lo que sugiere que ciertas sustancias químicas, en lugar del alcohol en sí, pueden ser la causa.
En estudios de poblaciones asiáticas, los japoneses tienen los efectos más pronunciados del asma inducido por el alcohol. Estas reacciones suelen aparecer entre uno y 30 minutos después de beber alcohol o alcohol puro e incluyen enrojecimiento de la cara, taquicardia, mareos y dificultad para respirar. Alrededor del 50% de las personas con asma experimentan un empeoramiento de sus síntomas de asma después de beber alcohol.
"Estas reacciones suelen ser causadas por un metabolismo insuficiente del alcohol, lo que resulta en la acumulación de acetaldehído."
Para muchos asiáticos orientales, la capacidad de metabolizar el acetaldehído es relativamente baja. En Japón, alrededor del 40 % de la población porta una mutación genética que debilita la actividad de ALDH2, lo que les impide metabolizarlo eficazmente después de beber alcohol. Con la acumulación de acetaldehído en el cuerpo se producen muchas reacciones adversas. Especialmente en pacientes con antecedentes de asma, las reacciones respiratorias inducidas por el alcohol se manifiestan con fuerza.
Las investigaciones muestran que esto no se debe a reacciones alérgicas clásicas relacionadas con la IgE o las células T, sino porque el acetaldehído estimula los mastocitos en los tejidos y los basófilos en la sangre para que liberen histamina, causando así síntomas similares a los de una alergia.
"Un pequeño número de personas pueden tener una reacción alérgica al alcohol sin antecedentes de asma."
La frecuencia de la anafilaxia inducida por etanol también es considerable en poblaciones no asiáticas, aunque estas poblaciones generalmente no tienen altas frecuencias de mutaciones genéticas. En estudios realizados en Estados Unidos, los síntomas respiratorios inducidos por el etanol estuvieron altamente asociados con reacciones alérgicas a la aspirina, lo que sugiere que algunas personas pueden descartar el consumo de alcohol como una causa potencial de algunas reacciones alérgicas.
Para el diagnóstico de los síntomas respiratorios causados por el alcohol, los expertos recomiendan utilizar un cuestionario para confirmar el tipo específico de reacción de irritación y confirmar aún más si la reacción es causada por el alcohol y sus componentes. Las pruebas de alcohol y sus soluciones diluidas bajo supervisión médica también pueden ayudar a determinar si existe una base genética.
Actualmente, evitar el alcohol sigue siendo la forma más segura y rentable de abordar estas reacciones. Además, en el caso de las reacciones de asma inducidas por el alcohol, se espera que la administración temprana de antagonistas H1 prevenga eficazmente la aparición de estas reacciones.
A medida que profundizamos nuestra comprensión de las reacciones respiratorias inducidas por el alcohol, no podemos evitar preguntarnos si más investigaciones sobre esto pueden ayudar a mejorar la calidad de vida de más pacientes alérgicos al alcohol.