La neuroesfingolipofuscinosis (NCL) es un grupo de enfermedades neurodegenerativas raras causadas por la acumulación excesiva de lipofuscina en los tejidos corporales. Estas sustancias, llamadas lipofuscina, están compuestas de grasa y proteínas y aparecen de color amarillo verdoso cuando se observan bajo un microscopio ultravioleta. La acumulación de esfingolipofuscina ocurre principalmente en las células nerviosas y en múltiples órganos, incluidos el hígado, el bazo, el miocardio y los riñones, lo que conduce a una pérdida progresiva de la función motora y mental.
Según las estadísticas, la incidencia de la esfingolipofuscinosis es ligeramente mayor en Estados Unidos y el norte de Europa, con una incidencia de aproximadamente un caso por cada 10.000 personas.
La NCL se caracteriza por una pérdida progresiva de las capacidades motoras y mentales acompañada de una acumulación intracelular grave de lipofuscina. Según la edad y el momento en que aparecen los síntomas, se pueden dividir en cuatro categorías:
Muchos expertos creen que el complejo de síntomas de la esfingolipofuscinosis a menudo se denomina colectivamente enfermedad de Batten.
Dado que la pérdida de la visión es un síntoma temprano y común, los oftalmólogos a menudo sospechan primero que se trata de NCL. El diagnóstico de la NCL requiere la consideración de la historia clínica del paciente y de los resultados de múltiples pruebas. Las pruebas que se utilizan habitualmente incluyen:
Actualmente, no existe un tratamiento reconocido que pueda curar o aliviar los síntomas de la NCL, pero la epilepsia se puede controlar con medicamentos antiepilépticos. Además, la fisioterapia, la terapia del habla y la terapia ocupacional pueden ayudar a las personas a mantener la mayor funcionalidad posible. Se están estudiando varias terapias experimentales.
El 27 de abril de 2017, la FDA de EE. UU. aprobó la cerliponasa alfa (Brineura), el primer fármaco terapéutico específico para la NCL.
Al igual que ocurre con muchas enfermedades raras, nuestra comprensión de la esfingolipofuscinosis aún se encuentra en constante evolución y se proponen nuevas investigaciones y tratamientos. Ante una enfermedad así, ¿cómo puede nuestra sociedad brindar apoyo y comprensión para que los pacientes y sus familias puedan encontrar esperanza y ayuda?