La estenosis pilórica es un trastorno gastrointestinal en el que la abertura desde el estómago hacia la primera parte del intestino delgado (el píloro) se estrecha. Esta afección es particularmente común en bebés y los síntomas tienden a comenzar entre las dos y doce semanas de edad. Es importante que los padres comprendan los signos de esta afección para una intervención y tratamiento tempranos, y los nuevos padres deben aprender a reconocer los signos.
Los principales síntomas observados en los bebés incluyen vómitos en proyectiles no biliosos, que son más pronunciados después de comer.
Al observar vómitos en bebés, se debe prestar especial atención a si se trata de vómitos en proyectiles "no biliares" en lugar de reflujo general. En esta condición, los bebés pueden presentar sensaciones persistentes de hambre, aunque a veces experimentan pérdida de peso debido a la incapacidad del contenido del estómago para pasar eficientemente al intestino delgado.
Por lo general, los síntomas de la estenosis pilórica se hacen evidentes dentro de las primeras semanas o seis meses de vida. Los signos comunes incluyen:
La literatura muestra que los hombres se ven afectados en una tasa aproximadamente cuatro veces mayor que las mujeres, y que los bebés primerizos corren un mayor riesgo.
El diagnóstico de estenosis pilórica suele ir acompañado de una historia médica detallada y un examen físico, y el médico también puede realizar una ecografía para comprobar el estado del estómago del bebé. Al palpar, el médico puede detectar una masa en la parte superior del abdomen que se siente como una aceituna, lo que indica que el píloro se ha agrandado. La ecografía es el estándar de oro para detectar la estenosis pilórica porque puede revelar un píloro tanto agrandado como estrecho.
Los análisis de sangre a menudo muestran niveles bajos de potasio y cloruro, junto con un aumento en el pH de la sangre, lo que refleja alcalosis debido a vómitos persistentes.
Para la estenosis pilórica, el primer paso suele ser restablecer el equilibrio de líquidos y electrolitos del bebé, lo que generalmente requiere el uso de líquidos por vía intravenosa. Durante el proceso, el médico puede realizar una cirugía. La cirugía más común se llama "cirugía de Ramstead". Esta cirugía es crucial para desbloquear la obstrucción y la mayoría de los bebés muestran una buena recuperación después del procedimiento.
En algunos casos, los médicos pueden optar por no realizar la cirugía y usar atropina como tratamiento. Aunque la tasa de éxito no es tan buena como la de la cirugía, aún así puede ser parte del plan de tratamiento.
El grupo más común son los primogénitos varones, especialmente en familias de ascendencia escandinava. Los estudios muestran que los bebés cuyas madres toman eritromicina al nacer tienen un mayor riesgo de desarrollar estenosis pilórica.
Aunque la estenosis pilórica es muy rara en adultos, aún así, es necesario prestar atención a los síntomas para un reconocimiento y tratamiento tempranos.
Ante esta afección, comprender las señales tempranas de advertencia y las respuestas adecuadas puede mejorar en gran medida la eficacia de la recuperación.
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