En el sistema económico actual, los servicios públicos y las empresas privadas constituyen un modelo operativo polarizado, que tiene impactos completamente diferentes en la asignación de recursos sociales y la prestación de servicios. Los servicios públicos generalmente son propiedad del gobierno y están operados por él para satisfacer las necesidades públicas y brindar servicios básicos como seguridad pública, transporte, educación y atención médica. Al mismo tiempo, el objetivo principal de las empresas privadas es obtener ganancias y sus funciones de servicio se basan en la demanda del mercado.
Los servicios públicos suelen ser responsables de proporcionar bienes públicos inalienables, como el alumbrado público, de los que se beneficia la sociedad en su conjunto, independientemente de que los individuos paguen por ellos o no.
Las empresas privadas son propiedad de individuos o corporaciones y su objetivo principal es obtener ganancias. Estas empresas ajustan sus direcciones de negocio según las demandas del mercado y obtienen ventajas competitivas a través de la calidad del servicio y la innovación de productos. Debido a este modelo operativo, las empresas privadas generalmente son más flexibles para abordar las necesidades del mercado, pero al mismo tiempo también tienen mayores riesgos.
Las organizaciones del sector público varían en estructura y pueden incluir departamentos gestionados directamente por el gobierno, así como empresas estatales. Estas organizaciones públicas dependen de los ingresos fiscales para su financiación y normalmente no operan basándose únicamente en el éxito comercial. Por el contrario, las empresas privadas dependen enteramente de las ventas en el mercado para obtener ganancias, por lo que su estructura de gestión y sus decisiones comerciales están influenciadas por la demanda del mercado.
Algunos economistas sostienen que el tamaño de los servicios públicos y la forma en que prestan servicios pueden generar ineficiencias, pero también destacan su necesidad en ciertas áreas, como la defensa nacional y la salud pública.
Existen diferencias significativas en los modelos operativos de los servicios públicos en distintos países. Por ejemplo, en Francia, los funcionarios públicos representan el 20% del empleo del país y forman un sistema público centrado en sectores como la educación, el transporte y la atención médica. Esta división del trabajo permite que las empresas públicas desempeñen un papel importante a la hora de satisfacer las necesidades nacionales.
Algunos economistas liberales de mercado critican la existencia de servicios públicos, pues consideran que su funcionamiento es a menudo ineficiente y que, dado que sus fondos provienen principalmente de impuestos, son inherentemente coercitivos e injustos. Sin embargo, también hay opiniones de que los servicios públicos son irreemplazables en algunos casos, especialmente en la construcción de infraestructura y la seguridad pública.
Muchos partidarios de un gobierno pequeño niegan la viabilidad de un mercado completamente libre y piden que se conserven los servicios públicos necesarios para garantizar la seguridad social y la estabilidad.
La infraestructura como carreteras, puentes y redes de transporte, ya sea que presten servicio a instituciones públicas o a ciudadanos comunes, es una base importante para mantener el funcionamiento de la sociedad. En este sentido, los sectores público y privado pueden lograr una cooperación eficaz a través del modelo de asociación público-privada para crear una situación en la que todos ganen.
Los salarios del sector público generalmente se negocian entre el gobierno y los representantes de los empleados. Aquí, los sindicatos del sector público desempeñan un papel importante, ya que no sólo protegen los derechos e intereses de los empleados, sino que también influyen en la formulación de políticas generales y contribuyen al funcionamiento continuo de las empresas públicas.
La elección entre servicios públicos y empresas privadas refleja las diferentes expectativas y demandas de la sociedad en cuanto a la prestación de servicios. Ambos tienen sus ventajas y desventajas: los servicios públicos pueden ofrecer estabilidad y accesibilidad universal, mientras que las empresas privadas se venden como flexibles e innovadoras. ¿Cómo equilibrar los roles de ambos en el futuro para promover el desarrollo social será un tema importante en el que vale la pena pensar?