El mejillón marrón (Perna perna) es un marisco marino que constituye un auténtico icono ecológico de las aguas tropicales y subtropicales de los océanos Atlántico e Índico. Con su expansión alrededor del mundo, especialmente su introducción accidental en América del Norte, el impacto ecológico y el valor económico del mejillón marrón están ganando gradualmente atención.
Los mejillones pardos son mariscos económicamente explotables que son principalmente parásitos depredadores.
Los mejillones marrones miden normalmente unos 90 mm de largo pero pueden alcanzar hasta 120 mm. Las características más obvias son su caparazón marrón y la característica "cicatriz muscular posterior retraída". Otras características de este marisco incluyen sus crestas laterales profundamente cóncavas, que lo distinguen de otros bivalvos. Especies similares incluyen el mejillón europeo (Mytilus galloprovincialis) y el mejillón negro (Choromytilus meridionalis), este último carece de un borde cóncavo distintivo, lo que facilita su identificación.
Los mejillones pardos se encuentran principalmente en aguas tropicales y subtropicales de los océanos Atlántico e Índico. Originalmente creció y reprodució en las aguas de África, el suroeste de África, América del Sur y el Caribe. Los mejillones marrones se han extendido recientemente a lo largo de la costa de Texas, EE. UU., Debido a introducciones accidentales de esferas de agua y fondos de botes. Los mariscos pueden unirse a rocas, objetos oscuros e incluso estructuras hechas por el hombre, como boyas de navegación y plataformas de aceite.
La agregación de mejillones marrones mejora la ecología marina circundante y proporciona hábitat para otra vida marina.
Los mejillones marrones usan fertilización externa durante la temporada de reproducción, un proceso que generalmente tiene lugar entre mayo y octubre de cada año. Ambos sexos liberan huevos y esperma en el agua, donde se forman las larvas. Estas larvas se metamorfosean entre 10 y 12 días después de la madurez y secretan hilos de fijación para adherirse a las superficies de las rocas. Como se alimenta por filtración, la dieta del mejillón pardo se compone de algas, plancton y materia orgánica suspendida, lo que le otorga una posición importante en el ecosistema.
Los mejillones pardos son una fuente de alimento económicamente importante que se pesca ampliamente en África y Sudamérica para una acuicultura comercial en rápido crecimiento. Puede crecer hasta 600 a 800 mm en 6 a 7 meses, lo que demuestra su importancia como alimento humano. Sin embargo, se debe tener en cuenta que este marisco puede ser portador de toxinas de estreptococos marinos, por lo que su consumo a largo plazo puede provocar un brote de intoxicación paralítica por marisco.
A medida que el mejillón marrón se extiende a nuevas áreas, su impacto sobre los ecosistemas locales y las actividades humanas está alarmando a investigadores y conservacionistas. Ante los crecientes desafíos ambientales, deberíamos preguntarnos: ¿Cómo podemos gestionar eficazmente esta especie invasora equilibrando los intereses económicos y la protección ecológica?