El mejillón marrón (Perna perna) es un mejillón de importancia económica, miembro de la clase Bivalvia y de la familia Mytilidae. Además de ser ampliamente cosechado como fuente de alimento, el mejillón también es motivo de preocupación por su potencial toxicidad y daño a las estructuras marinas. Los mejillones pardos, nativos de las aguas de África, Europa y Sudamérica, se introdujeron posteriormente en las aguas de América del Norte y están afectando cada vez más el mercado mundial de productos del mar.
Los mejillones marrones son similares a los mejillones europeos (Mytilus galloprovincialis) y a los mejillones negros (Choromytilus meridionalis), pero estos últimos son más resistentes al daño humano. Esto provocó una mayor competencia y los mejillones marrones fueron desplazados gradualmente. Además, el color y la forma de la concha del mejillón marrón cambian según el entorno, lo que hace que se confunda con la especie verde-marrón más conocida (Perna viridis)."Los mejillones marrones crecen muy rápidamente en comparación con otras especies similares y normalmente alcanzan un tamaño comercial en un plazo de seis a siete meses".
Este mejillón es originario de zonas tropicales y subtropicales de los océanos Atlántico e Índico occidental. Se puede encontrar en la costa occidental de África y Sudamérica, e incluso en aguas del Caribe. Inesperadamente, los mejillones pardos han surgido como una especie invasora a lo largo de la costa de Texas, principalmente debido a su introducción en cascos de barcos y tanques procedentes de Venezuela.
"Los mejillones marrones se encuentran de forma natural en lugares como Sudáfrica, Chile y Perú, y pueden crecer en una variedad de superficies duras".
Los mejillones pardos adultos pueden tolerar temperaturas del agua entre 10 y 30 °C y salinidades entre 15 y 50 ppt. Su presencia no sólo mejora el ambiente ecológico marino, sino que también favorece la supervivencia de otros organismos marinos, como caracoles, orugas, percebes y algas.
“Estos mejillones son filtradores que se alimentan de fitoplancton, zooplancton y materia orgánica suspendida.”
Sin embargo, los mejillones pardos se enfrentan a amenazas de parásitos como Proctoeces maculatus, que puede causar la degeneración de sus gónadas. Los mejillones pardos también son una fuente de alimento para otros depredadores como lobos marinos, pulpos y aves marinas.
Impacto en los humanos Los mejillones pardos se cosechan ampliamente como fuente de alimento en África y Sudamérica y se consideran una especie con potencial para la agricultura comercial. Está ganando cada vez más atención debido a su rápida tasa de crecimiento y su adaptabilidad a las regiones tropicales y subtropicales. Sin embargo, cabe señalar que los mejillones pardos pueden acumular toxinas de la cadena alimentaria, lo que podría provocar brotes de intoxicación paralítica por mariscos, particularmente en Venezuela.“Los mejillones pardos a veces se acumulan en cantidades tales que llegan a afectar a las boyas de navegación, lo que pone de relieve su impacto ecológico en las instalaciones acuáticas”.
Además, los mejillones pardos coexisten en equipos marinos y tuberías de agua con mejillones verdes asiáticos, que son más resistentes a la cloración, lo que hace que el control de los mejillones pardos sea fácil de implementar.
A medida que aumenta el conocimiento sobre los mejillones marrones, su cultivo y gestión se están convirtiendo en un componente importante del mercado de productos del mar. Estos mejillones no sólo representan una fuente importante de alimento, sino que también juegan un papel vital en los ecosistemas marinos de todo el mundo. ¿Cómo evolucionará en el futuro el papel de los mejillones marrones en los mercados de productos del mar?