El Océano Antártico, también conocido como Océano Austral, es el cuerpo de agua más austral de los océanos del mundo, generalmente definido al sur de los 60 grados de latitud sur, rodeando la Antártida. A pesar de su superficie de 21.960.000 kilómetros cuadrados, este océano es el segundo más pequeño de los cinco grandes océanos, después del océano Antártico, pero más grande que el océano Ártico.
Este océano no sólo es un hito geográfico, sino también una parte importante del cambio climático global y de los ecosistemas marinos.
En febrero de 2019, la Expedición Five Deeps realizó un estudio del Océano Antártico y confirmó la profundidad máxima de esta zona de agua, que se encuentra a 60°28'46"S, 25°32'32"O. El Fakto Deep Sea tiene 7.434 metros de profundidad. Esta profundidad fue descubierta por el líder de la expedición, Victor Vescovo, durante la primera exploración, y propuso llamarla "Facto Deep" para conmemorar el sumergible que viajaba, el DSV Limiting Factor.
La formación del Océano Antártico está estrechamente relacionada con la circulación oceánica única de la región. Estas circulaciones tienen una influencia importante en la circulación termohalina global, pero a medida que se intensifica el cambio climático, esta influencia también está cambiando. En particular, la estratificación del océano se está haciendo cada vez más evidente, lo que puede conducir a una desaceleración de la circulación oceánica e incluso llegar a un punto crítico, que eventualmente conduciría al colapso del sistema oceánico. Este proceso tendrá un profundo impacto en El clima global y el ecosistema marino.
Los impactos del cambio climático ya están alterando los ecosistemas marinos antárticos, con consecuencias que podrían hacerse evidentes a lo largo de los siglos.
En los primeros tiempos, los geógrafos debatieron los límites del Océano Antártico, en particular si debía considerarse un cuerpo de agua separado que limita con los océanos Pacífico Sur, Atlántico e Índico. La Organización Hidrográfica Internacional (OHI) finalmente reconoció la importancia del Océano Antártico y redefinió sus límites en 2000 como las aguas al sur del límite norte de la circulación oceánica. Pero esta definición no fue adoptada oficialmente en ese momento.
En Australia, las agencias cartográficas locales definen el Océano Antártico como todo el cuerpo de agua desde la Antártida hasta las costas meridionales de Australia y Nueva Zelanda, y eligen 60°S como límite en el resto del territorio. Esto refleja no sólo la realidad geográfica del Océano Antártico, sino también las diferentes visiones de distintos países sobre sus límites.
La evolución del nombre del océano refleja la comprensión que tiene la humanidad de la exploración geográfica y el conocimiento de la Antártida.
El deseo de explorar la Antártida se remonta a los primeros tiempos de la geografía. Desde que Vasco Núñez de Balboa descubrió el Océano Pacífico, la exploración del poder antártico se ha convertido en foco de interés para los navegantes. No fue hasta el siglo XVIII que el viaje de James Cook cruzó por primera vez el Círculo Antártico, demostrando que la Antártida no podía ser colonizada por humanos y revelando el misterio del Océano Antártico.
Muchos exploradores oceánicos a lo largo de la historia de la exploración han intentado descubrir las tierras del sur, y existen muchos rumores sobre la inexistencia de un continente austral. Con el avance de la ciencia y la mejora de la tecnología de navegación, la comprensión de la humanidad sobre el Océano Antártico continúa profundizándose. Hoy en día, la vida marina de la región y su entorno ecológico se han convertido en un foco clave de observación para ecologistas y científicos ambientales.
La exploración del Océano Antártico es un proceso en evolución que seguirá desafiando nuestra comprensión a medida que continúen los impactos del cambio climático.
Con el avance de la ciencia y la tecnología, la investigación sobre el Océano Antártico ha aumentado gradualmente, pero esta área de agua aún enfrenta desafíos en la protección ambiental y el equilibrio ecológico. Estos estudios no sólo nos ayudarán a comprender el funcionamiento de este ecosistema especial, sino que también proporcionarán información importante sobre el calentamiento global y el cambio climático futuros. El océano Antártico está lleno de tristeza y esperanza. ¿Podrá esta masa de agua soportar la presión de las actividades humanas?