La sexualidad en prisión es un fenómeno complejo que involucra no sólo las relaciones entre reclusos, sino también las relaciones entre reclusos y personal penitenciario. A pesar de los fuertes tabúes y malentendidos sobre este fenómeno en la sociedad, las investigaciones muestran que, en muchos casos, el comportamiento sexual en prisión es producto de relaciones interactivas más que de simple depredación o violencia.
La conducta sexual en prisión no consiste únicamente en agresiones sexuales forzadas; en muchos casos se basa en el consentimiento entre los presos.
Las investigaciones sobre prisioneras se remontan a 1913, y estudios posteriores han demostrado que las prisioneras forman una relación llamada "pseudofamilia". Estas familias establecidas a menudo brindan apoyo y conexión emocional en lugar de las familias tradicionales, donde sólo el miembro principal de la pareja participa en la actividad sexual.
Los roles en una pseudofamilia son relativamente flexibles y las mujeres a menudo falsifican los roles masculinos y femeninos que se encuentran en las familias tradicionales.
Las investigaciones sobre el comportamiento sexual de los prisioneros varones comenzaron en la década de 1930, pero la mayoría de los estudios se centraron en la agresión sexual forzada en lugar del sexo voluntario. La violencia sexual es particularmente común en las cárceles masculinas, donde los presos utilizan la agresión sexual para establecer su dominio y poder.
Muchos hombres heterosexuales en prisión tienen una visión “situacional” del sexo con otros hombres y pueden no identificarse como bisexuales.
En algunas cárceles que albergan tanto a presos hombres como mujeres, ocasionalmente se producen relaciones sexuales entre sexos opuestos. Sin embargo, debido a las medidas de vigilancia y aislamiento en las cárceles, a menudo no es fácil que se produzcan este tipo de interacciones.
Los reclusos que pueden desarrollar relaciones emocionales generalmente experimentan menor soledad romántica y una mejor calidad de vida.
Muchas cárceles ofrecen visitas conyugales, que permiten a los reclusos pasar tiempo con sus parejas en un entorno privado. Es importante señalar que dichas visitas se limitan a los presos que se comportan bien. Incluso en los programas de liberación laboral, hay reclusos que intentan establecer relaciones sexuales durante el contacto con el mundo exterior.
Establecer relaciones en prisión no sólo mejora el bienestar emocional sino que también reduce los sentimientos de aislamiento.El problema de las violaciones en prisión
El abuso sexual es un fenómeno profundamente arraigado en las cárceles y numerosos estudios han señalado que esta situación puede suponer amenazas a la identidad propia y a la identidad de género de las víctimas. Las investigaciones indican que la razón subyacente de la violación es a menudo la gratificación sexual o un medio de control.
En prisión, a menudo se cuestiona la autenticidad del “consentimiento” y muchas víctimas fingen aceptar actos sexuales por miedo.
Cuando los medios de comunicación se centran en el problema de la violencia sexual en las cárceles, a menudo lo ven como un problema social, lo que desencadena debates y acciones para corregir el sistema penitenciario de Estados Unidos. A medida que este tema gana cada vez más atención, la necesidad de acción y cambio se hace más urgente.
Las cuestiones sexuales en las cárceles requieren debates sociales y políticos más profundos para mejorar los entornos penitenciarios y reducir el número de agresiones sexuales.
Muchos defensores de la salud han pedido que se faciliten condones en las cárceles para prevenir la propagación de enfermedades. Si bien algunos países han implementado la anticoncepción en las cárceles, los derechos sexuales de los presos siguen siendo controvertidos en muchas partes de Estados Unidos.
La mejor manera de proteger a los presos del VIH y otras enfermedades de transmisión sexual es proporcionarles métodos anticonceptivos adecuados.
A medida que aumenta la conciencia sobre el comportamiento sexual en prisión, ¿cómo puede la sociedad enfrentar mejor este tema desatendido para mejorar las condiciones de vida y la salud mental de los presos?