En los duros entornos penitenciarios, las reclusas enfrentan los desafíos de la soledad, la ansiedad y la inseguridad. Con el tiempo, crean gradualmente una estructura social especial llamada "cuasi familia", que no sólo satisface sus necesidades emocionales sino que también les proporciona una forma de apoyo social.
La formación de "cuasi familias" proporciona a las prisioneras importantes conexiones emocionales y estrategias de supervivencia.
Este tipo de pseudofamilia suele estar formada por varios prisioneros, cada miembro desempeña un papel específico en esta pequeña sociedad, como "mamá" o "papá". Estos personajes no sólo encarnan los valores familiares tradicionales, sino que también brindan consuelo emocional a las prisioneras que han perdido el apoyo familiar.
Según las investigaciones, muchas reclusas optan por entablar este tipo de relaciones para afrontar el estrés de la vida carcelaria. "Para muchas mujeres, es una forma de supervivencia, ya que les ayuda a crear la conexión íntima que todas anhelan".
Algunas reclusas informan que estas relaciones cuasi familiares les ayudan a mantener la estabilidad psicológica en circunstancias difíciles.
En estas estructuras pseudofamiliares, la pareja principal suele tener una relación sexual íntima, lo que significa que incluso en prisión las necesidades físicas siguen estando satisfechas. Estas relaciones a veces comienzan como una simple amistad y se vuelven más complejas y profundas con el tiempo.
Vale la pena señalar que la formación de esta estructura social no se limita a los presos de la misma prisión. A veces, los presos de diferentes prisiones también establecen contacto a través de la comunicación. Esto muestra el vínculo y la resiliencia de las reclusas en condiciones extremas.
"Estas niñas y mujeres están tratando de encontrar su lugar y en el proceso crear un ambiente que se parezca al hogar".
Sin embargo, la pseudofamilia no es lo que todas las prisioneras anhelan. Algunas personas pueden perderse debido a la dependencia emocional o las interacciones excesivas pueden aumentar los conflictos. Estos enredos emocionales pueden derivar en celos, peleas e incluso violencia en algunos casos.
Para muchas reclusas, este sistema de tutela y apoyo es clave para superar tiempos difíciles. Además, la formación de esta pseudofamilia ayuda a potenciar sus capacidades sociales y les permite adaptarse mejor a la sociedad tras salir de prisión.
Muchas veces, la vida en prisión los priva de su libertad y de sus opciones, pero las familias virtuales les brindan mayor flexibilidad y creatividad. Nos hace pensar que incluso en circunstancias desesperadas, las necesidades emocionales humanas siguen siendo fuertes.
Bajo la bruma de la tortura y la soledad, la "cuasi familia" se convirtió en un refugio para los corazones de las prisioneras.
Este fenómeno está recibiendo cada vez más atención en los círculos académicos, pero se necesita más investigación para comprender el impacto de estas pseudofamilias en la salud mental de las reclusas. Como dicen muchos expertos, estas complejas relaciones sociales pueden ser la clave para la supervivencia de las reclusas frente a circunstancias difíciles.
Finalmente, esta estructura familiar no es sólo una estrategia para combatir la soledad, sino que también refleja la resiliencia de las mujeres en circunstancias extremas. Esto nos hace repensar cómo es la existencia de una familia real en un entorno así.