Durante los últimos 60 años desde que se utilizó ampliamente el asbesto, los efectos de este carcinógeno ambiental todavía afectan a muchas áreas del mundo. La presencia continua y las consecuencias mortales de esta sustancia tóxica plantean profundos problemas de salud, en particular el tumor maligno resultante llamado mesotelioma. Este cáncer afecta principalmente a la pleura, pero también puede afectar al peritoneo y otros órganos. Comprender los peligros, la prevalencia y las áreas de impacto del asbesto puede ayudarnos a comprender mejor cuándo y cómo reducir el impacto de esta sustancia.
Según datos de 2013, aproximadamente 125 millones de personas en todo el mundo han estado expuestas al amianto en el trabajo.
El amianto se utilizaba habitualmente en la construcción y la industria a principios del siglo XX, cuando se sabía poco sobre sus riesgos para la salud. Con el tiempo, los estudios científicos han demostrado cada vez más una relación lineal entre la exposición al amianto y la dosis, lo que significa que cuanto mayor es la exposición, mayor es el riesgo. El mesotelioma tiene un período de latencia de hasta 40 años, lo que significa que a muchas personas les faltan décadas para recibir un diagnóstico.
A partir de 2015, aproximadamente 3000 personas en los Estados Unidos son diagnosticadas con mesotelioma cada año, con una mayor proporción de pacientes masculinos que femeninos.
Aunque todos los países se ven afectados por el amianto, algunas áreas tienen tasas de incidencia particularmente altas. Las cifras de Australia y el Reino Unido muestran que los casos de mesotelioma son mucho mayores en estos lugares que en otros lugares. Los edificios construidos o renovados con amianto siguen siendo focos de amenazas para la salud. Según un estudio, la tasa de mortalidad en algunas aldeas de Türkiye debido a la exposición al amianto alcanzó incluso el 50%.
En algunas ciudades pequeñas de Grecia, debido a la presencia de fibras de amianto en el medio ambiente, la incidencia del mesotelioma es aproximadamente 300 veces mayor que en zonas normales libres de amianto.
Los expertos en salud han determinado que los trabajadores, e incluso sus familias, que han estado expuestos al asbesto en el pasado corren un mayor riesgo para la salud. Limpiar la ropa de trabajo de los trabajadores que trabajan con asbesto o vivir cerca de ellos puede provocar una exposición secundaria. Los miembros de la comunidad deben ser conscientes de que el asbesto todavía está presente en muchos materiales de construcción antiguos. Las inspecciones ambientales periódicas y la capacitación del personal se han convertido en prioridades en estas áreas para reducir futuros eventos de exposición.
A medida que aumenta la conciencia mundial sobre los peligros del amianto, muchos países han comenzado a prohibir su uso. Sin embargo, para quienes han estado expuestos a la sustancia, los efectos persistirán en algunas comunidades pequeñas. Esto nos lleva a pensar más a fondo sobre cómo se pueden gestionar y eliminar de forma más eficaz los riesgos derivados del amianto en el futuro.
A medida que los casos de mesotelioma aumentan gradualmente, los altos líderes de la sociedad exigen leyes más estrictas para detectar y eliminar materiales con amianto.
En la sociedad actual, ¿deberíamos tomar medidas más proactivas para abordar la crisis del amianto dejada por la historia para garantizar que las generaciones futuras ya no tengan que enfrentar esta amenaza invisible?