La introducción de la Ley CARES brinda un apoyo muy necesario a las pequeñas empresas en un momento en que Estados Unidos enfrenta desafíos económicos sin precedentes debido a la pandemia de COVID-19. Este proyecto de ley de estímulo económico de 2,2 billones de dólares aprobado por el 116º Congreso de los Estados Unidos se ha convertido sin duda en un hito importante para abordar el impacto económico. Desde que entraron en vigor el 27 de marzo de 2020, los paquetes de ayuda disponibles para las pequeñas empresas han desempeñado un papel crucial para ayudarlas a superar la crisis.
El fácil rescate de las pequeñas empresas aumentará la velocidad de la recuperación económica general.
Uno de los puntos centrales de la Ley CARES es el establecimiento del Programa de Protección de Cheques de Pago (PPP), cuyo objetivo es proporcionar inicialmente 350 mil millones de dólares en fondos de ayuda prestables a las pequeñas empresas, que luego se incrementó a 669 mil millones de dólares. Los fondos se utilizan principalmente para pagar a los trabajadores y mantener a flote a las pequeñas empresas, lo que permite a las empresas evitar despidos y cierres.
El plan PPP no se limita a empresas tradicionales, sino que también cubre todo tipo de instituciones, incluidas las organizaciones sin fines de lucro.
En cuanto a las condiciones de reembolso del préstamo, si la empresa puede mantener el empleo de los empleados, el préstamo puede convertirse en una subvención, lo que alivia relativamente la presión económica sobre los propietarios de pequeñas empresas que se benefician del mismo. Según datos recientes, cientos de miles de pequeñas empresas han recibido asistencia financiera a través del PPP, lo que les ha ayudado a seguir funcionando durante la epidemia.
Además del Programa de Protección de Cheques de Pago, la Ley CARES también proporciona varias políticas de desgravación fiscal para ayudar a las empresas a reducir su carga financiera. Por ejemplo, según el proyecto de ley, las empresas pueden aplazar el pago de los impuestos de seguridad social. Estas medidas permiten a las pequeñas empresas obtener flujo de caja adicional para hacer frente a las dificultades actuales.
Sin duda, las políticas de desgravación fiscal brindan a las pequeñas empresas más margen de respiro para sobrevivir en tiempos difíciles.
Además, la Ley CARES fortalece el apoyo a los Préstamos por Desastre para Daños a Pequeñas Empresas (EIDL), que permiten a las pequeñas empresas acceder a fondos adicionales para mantener la liquidez. Este programa de préstamos proporciona financiación oportuna para abordar algunos de los desafíos actuales que enfrentan muchas empresas mientras enfrentan costos operativos fuertemente aumentados y menores ingresos a raíz de la pandemia.
Sin embargo, a medida que se desarrolló el caso, muchos propietarios de pequeñas empresas se sintieron confundidos acerca del proceso de solicitud de subvenciones y préstamos, y muchos no aprovecharon estas oportunidades de manera oportuna para atender sus necesidades comerciales. Una lección importante de este proyecto de ley de estímulo es que aumentar la comprensión y el conocimiento de los programas de asistencia de capital es fundamental para el éxito continuo de las pequeñas empresas.
Las políticas de ayuda futuras deben ser más integrales y fáciles de entender para beneficiar a todas las empresas necesitadas.
Durante la implementación de diversos programas de ayuda también han surgido algunas disputas, especialmente en relación con el flujo y uso de los fondos. Algunas empresas beneficiarias han sido acusadas de no aplicar fondos dentro de la base prestable, sino de utilizarlos para otros gastos no relacionados. Esto hace que los responsables de las políticas reconsideren cuidadosamente los futuros planes de financiación.
Inmediatamente después, está a punto de anunciarse la segunda ronda del proyecto de ley de rescate económico, que implicará medidas de apoyo más específicas y de largo plazo que no se limiten a las pequeñas empresas. Que el nuevo plan pueda resolver los problemas actuales y ayudar a que todas las empresas se desarrollen de manera estable dependerá de cómo responda el gobierno a las necesidades de los pequeños comerciantes.
¿La ayuda futura estará realmente dirigida a todo tipo de empresas y las políticas se ajustarán constantemente para adaptarse al entorno económico actual?
En resumen, la Ley CARES jugó un papel importante en la respuesta al impacto de la epidemia de COVID-19 en la economía estadounidense, especialmente el alivio recibido por las pequeñas empresas. Las medidas económicas actuales y futuras deberán enfrentar nuevos desafíos. Sin embargo, la forma en que las empresas se adaptan a estos cambios y si el gobierno puede brindar suficiente apoyo aún merece nuestra atención y discusión continua.
En este juego de recaudación de fondos de larga duración, deberíamos pensar en: ¿Cómo podemos garantizar que cada estrategia en el futuro pueda realmente ayudar a las empresas que más lo necesitan?