A medida que los hombres envejecen, sus niveles de testosterona disminuyen gradualmente, lo que les provoca una serie de cambios físicos y psicológicos en la mediana edad. Para combatir estos cambios, la terapia de reemplazo de testosterona (TRT) para hombres se ha vuelto cada vez más popular en los últimos años. Pero, ¿es este tratamiento realmente eficaz para mejorar los síntomas de la crisis de la mediana edad o existe algún riesgo potencial?
La terapia de reemplazo de testosterona es un tratamiento que complementa o reemplaza los niveles de testosterona en los hombres mediante inyecciones, cremas para la piel, parches, geles o pastillas.
La TRT se utiliza principalmente para tratar los niveles bajos de testosterona (es decir, la insuficiencia testicular) en los hombres. Además de que los niveles de testosterona disminuyen naturalmente con la edad, ciertas enfermedades o tratamientos también pueden causar una disminución en la producción de testosterona. Además, los estudios han demostrado que esta terapia puede ayudar al control glucémico en hombres con diabetes, pero se recomienda que esta terapia no se inicie únicamente para mejorar el control metabólico hasta que se confirmen los síntomas de niveles bajos de testosterona.
Aunque los hombres son los principales usuarios, en algunos casos las mujeres, especialmente aquellas después de la menopausia, también pueden utilizar la terapia de reemplazo de testosterona. Este tratamiento puede aumentar la libido y prevenir o tratar la osteoporosis. Aun así, el tratamiento en mujeres requiere precaución porque no se comprenden completamente los riesgos y efectos secundarios asociados.
En 2015, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA) declaró que no se había establecido la eficacia y seguridad de los tratamientos para los niveles bajos de testosterona relacionados con la edad.
La FDA inició una investigación en 2014 cuando un creciente conjunto de investigaciones señalaba que la terapia de reemplazo de testosterona podría aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. Múltiples estudios han demostrado un aumento de los ataques cardíacos y las tasas de muerte en los hombres que usan TRT. Si bien no existe un mayor riesgo de eventos cardíacos a corto plazo para los hombres que obtienen tratamiento para niveles bajos de testosterona, los efectos a largo plazo siguen siendo desconocidos.
En medio de preocupaciones sobre posibles resultados cardiovasculares adversos, la FDA ha comenzado a reexaminar la idoneidad y seguridad de la terapia de reemplazo de testosterona.
Además de las enfermedades cardíacas, la TRT puede tener efectos adversos en ciertas condiciones de salud, incluida la aceleración del crecimiento del cáncer de próstata existente, el aumento de la proporción de glóbulos rojos en la sangre, la posible necesidad de extracciones de sangre y el empeoramiento de la apnea del sueño. Algunos estudios sugieren que los hombres con ciertas comorbilidades, como síndrome metabólico y enfermedades cardiovasculares, pueden ser más susceptibles a sufrir efectos adversos.
Antes de iniciar la terapia, se recomienda que los médicos realicen un examen rectal y una prueba del nivel del antígeno prostático específico (PSA) y vigilen de cerca durante el tratamiento.
La terapia de reemplazo de testosterona se puede administrar de diversas formas, incluidos parches, medicamentos orales, geles o inyecciones intramusculares. La elección de estos métodos depende de las necesidades personales y del consejo del médico. Independientemente del método elegido, los pacientes deben estar bajo la supervisión de un profesional médico calificado.
En algunos deportes, particularmente en las artes marciales mixtas (MMA), a los atletas se les ha prohibido competir debido al uso de terapia de reemplazo de testosterona. Esto refleja preocupaciones sociales sobre los riesgos éticos y para la salud del uso de reemplazo de testosterona. En Estados Unidos, el uso de TRT aumentó del 0,5% en 2002 al 3,2% en 2013, pero luego cayó al 1,7% en 2016.
Actualmente se está estudiando la testosterona como posible tratamiento para afecciones que incluyen disfunción eréctil, osteoporosis, diabetes, insuficiencia cardíaca crónica y demencia, pero la evidencia actual aún es limitada y se necesita más investigación para equilibrar sus beneficios y riesgos.
¿Es la terapia de reemplazo de testosterona realmente la mejor solución para la crisis de la mediana edad de los hombres o conlleva mayores riesgos para la salud?