El epitelio olfatorio es un tejido epitelial especializado ubicado en la cavidad nasal que es responsable de detectar los olores. En el cuerpo humano, este tejido cubre un área de unos 5 centímetros cuadrados y se encuentra en la parte superior de la cavidad nasal, a unos 7 centímetros de las fosas nasales. El epitelio olfativo es directamente responsable de la detección de olores, entonces, ¿cómo trabaja en conjunto para hacer que nuestro sentido del olfato sea tan sensible?
El epitelio olfatorio está compuesto por cuatro tipos de células diferentes:
Las neuronas receptoras olfatorias son neuronas sensoriales en el epitelio olfatorio. Son neuronas bipolares, cuyos extremos apicales expresan receptores de olores ubicados en los extremos de los cilios no móviles que se extienden en el aire para interactuar con las moléculas de olores. Cuando las moléculas de olor se unen a los receptores, estos compuestos se disuelven en el líquido secretado por las glándulas olfativas y se entregan a las neuronas.
Los axones de las neuronas receptoras olfatorias se reúnen para formar el nervio olfatorio (CN I), que transmite información olfativa al cerebro.
Las células de Stalto son similares a las células gliales y son células no neuronales ubicadas en la capa superior del epitelio olfatorio. Estas células proporcionan apoyo metabólico y físico para que el sistema olfativo pueda funcionar correctamente. Las células de soporte también se pueden dividir en dos categorías: células persistentes y células de microvellosidades. Las células persistentes proporcionan soporte metabólico y estructural, mientras que las células microvellosas se distinguen de otras células de soporte por diferentes características morfológicas y bioquímicas.
Las células basales se encuentran en la capa basal del epitelio olfatorio y son células madre que pueden dividirse y diferenciarse en células de sostén u olfatorias. Las células basales desempeñan un papel crucial en el proceso de renovación del epitelio olfatorio, que ocurre cada 6 a 8 semanas.
Las células basales se pueden dividir en dos tipos según sus características celulares e histológicas: células basales horizontales y células basales globulares.
Las células en cepillo son células columnares con microvellosidades. Su superficie basal está en contacto con las terminales nerviosas sensoriales del nervio trigémino y es específicamente responsable de la transducción de sensaciones generales.
Las glándulas olfativas son glándulas ubicadas debajo del epitelio olfativo que secretan proteínas para capturar y disolver los olores. El flujo de estas secreciones ayuda a eliminar los olores viciados de las fosas nasales, manteniendo constantemente limpio nuestro sentido del olfato.
El origen del epitelio olfatorio se remonta a dos estructuras durante el desarrollo embrionario: la placa nasal y las células de la cresta neural. La estructura del epitelio olfatorio en los embriones es más simple que la de los adultos. Las primeras células de las que depende durante el desarrollo son las células epiteliales, y luego la generación de células madre hace que aparezcan gradualmente varios tipos de células.
Al final del desarrollo embrionario, el epitelio olfatorio se convierte en un epitelio columnar pseudomulticapa y comienza a sufrir neurogénesis secundaria.
El epitelio olfativo puede resultar dañado por factores como la inhalación de humo tóxico y el daño físico al interior de la nariz. Aunque tiene capacidades regenerativas, en casos extremos, el daño puede resultar en la pérdida permanente del olfato (pérdida del olfato).
Ya sea el aroma de las flores que aparece con frecuencia o el olor de una comida deliciosa que pasa por casualidad, el sentido del olfato juega un papel indispensable en la vida. En futuras investigaciones, ¿cómo pueden los científicos explorar más a fondo los misterios del epitelio olfativo y resolver más misterios relacionados con nuestros sentidos?