En el campo de la filosofía moral, la ética de los principios, como método práctico de analizar cuestiones morales, se ha convertido gradualmente en un consenso en muchos campos profesionales. En comparación con las teorías morales tradicionales, como la ética de la virtud, la deontología o el consecuencialismo, la ética de principios se centra en principios éticos específicos, lo que la hace realista y operativa a la hora de abordar dilemas morales reales. El surgimiento de este concepto está estrechamente relacionado con el desarrollo de varias ideas importantes en los Estados Unidos en la década de 1970.
Los orígenes de la ética basada en principiosEl uso de una ética basada en principios en la investigación médica y conductual puede evitar debates morales complejos a nivel teórico y reflejar decisiones morales más sustantivas. Este enfoque permite a las partes interesadas encontrar un terreno moral común entre diversas perspectivas morales y así centrarse en cuestiones prácticas.
La formación de los principios éticos se remonta a finales de la década de 1970 en los Estados Unidos. Fue propuesto originalmente en el Informe Belmont publicado en 1979 por el Comité Nacional de Estados Unidos para la Protección de Sujetos Humanos de Investigación Biomédica y Conductual. El informe establece tres principios éticos fundamentales: autonomía, interés propio y justicia, que tienen como objetivo orientar la toma de decisiones éticas en la investigación biomédica y conductual.
Esta comprensión se solidificó durante los cuatro años de conferencias que siguieron, y luego fue articulada por Tom Biokamp y James Childress en sus Principios de Ética Biomédica de 1979, que profundizaron en cuatro principios éticos básicos: respeto por la autonomía, interés propio , no maleficencia y justicia.
Estos cuatro principios se conocieron como los "Principios de Georgetown" porque Biocamp y Childress estaban en la Universidad de Georgetown en ese momento. Estos principios se derivan de teorías morales tanto deontológicas como consecuencialistas y forman un marco moral inclusivo.
El deber de no dañar requiere que evitemos causar intencionalmente daño o consecuencias adversas. Si bien este deber es generalmente más vinculante que el deber del interés propio, en algunos casos, en particular cuando el daño es inevitable, es necesario un análisis de costo-beneficio para garantizar que la acción elegida producirá el mayor beneficio neto.
JusticiaEl principio de justicia exige que distribuyamos los costos y los beneficios de manera justa. Si bien se siguen los principios de no causar daño y de interés propio, es probable que el comportamiento ético aún deba considerar el impacto sobre los demás, lo que implica la necesidad de explorar un equilibrio de derechos e intereses.
Como método práctico de toma de decisiones morales, la ética basada en principios promueve la coexistencia armoniosa de diversos pensamientos éticos, filosóficos y sociales, y se utiliza ampliamente en diferentes campos. Sin embargo, desde su propuesta, la ética de los principios también ha enfrentado muchos desafíos y críticas.
Algunos estudiosos creen que, aunque la ética de principios puede combinar varias teorías morales, también produce conclusiones contradictorias debido a la falta de unidad teórica. Este fenómeno de “selección aleatoria” pone en entredicho la eficacia de su teoría básica.
Además, también se ha cuestionado la selección de principios y su ámbito de aplicación. Algunos argumentan que ignora el impacto de las intenciones y valores de los actores morales; por ejemplo, algunos señalan que los valores morales europeos representan visiones éticas significativamente diferentes a las del liberalismo estadounidense.
Opiniones de los simpatizantesA pesar de las críticas, la ética basada en principios todavía tiene muchos partidarios. Algunos académicos señalan que estos cuatro principios pueden explicar y respaldar eficazmente diversas afirmaciones morales en la ética médica, y su marco transcultural ayuda a promover la comunicación analítica ética.
La ética basada en principios se ha convertido sin duda en uno de los métodos más influyentes en la bioética actual, y su uso exitoso en el campo médico, en particular, demuestra su practicidad. Queda por ver si estos principios pueden seguir funcionando en un entorno moral que cambia rápidamente.