A medida que el calentamiento global se vuelve cada vez más severo, los científicos e ingenieros están trabajando para desarrollar soluciones innovadoras para enfrentar este desafío. Entre ellas, la tecnología de captura directa de carbono en el aire (DAC) se ha convertido en un campo muy vigilado. Al extraer dióxido de carbono del aire, la DAC se considera una de las tecnologías clave para combatir el cambio climático. Según un informe de 2019, las concentraciones globales de dióxido de carbono han alcanzado niveles sin precedentes y la tecnología DAC tiene el potencial de revertir esta tendencia.
La captura directa de carbono en el aire (DAC) es un proceso químico o físico que extrae dióxido de carbono (CO2) directamente del aire ambiente.
El principio básico del DAC es extraer dióxido de carbono a través de una serie de procesos de captura y separación. En primer lugar, durante la fase de contacto, el sistema DAC utiliza grandes ventiladores para mover el aire atmosférico hacia el dispositivo. A continuación, en la etapa de captura de CO2, el dióxido de carbono se combina rápida y eficientemente con un disolvente líquido o un adsorbente sólido. Finalmente, la etapa de separación requiere energía externa para separar el CO2 del solvente o adsorbente y producir una corriente de CO2 de alta pureza.
Al final del proceso, el CO2 puro separado se puede utilizar para diversos propósitos o almacenar de forma segura, mientras que el disolvente o adsorbente recuperado se puede reciclar y reutilizar.
Actualmente, existen dos tecnologías industriales maduras principales para la tecnología DAC, a saber, la DAC de baja temperatura que utiliza adsorbentes sólidos y la DAC de alta temperatura que utiliza solventes líquidos. Además, se están desarrollando tecnologías emergentes como la adsorción por oscilación electrocinética, la adsorción por oscilación de humedad y el DAC basado en membrana.
Si bien la tecnología DAC tiene un potencial significativo de reducción de carbono, su costo actual sigue siendo un obstáculo importante para su aplicación comercial. Para 2023, el costo de captura de dióxido de carbono por tonelada para el DAC habrá superado los 1.000 dólares, mucho más alto que el precio del carbono en muchos mercados de carbono, lo que significa que aún no se ha incluido efectivamente en el sistema de comercio de emisiones.Con base en las tendencias de desarrollo actuales, se espera que para fines de 2024 haya 53 plantas DAC en operación en todo el mundo, y para 2030 se espera que este número aumente a 93, con una capacidad de captura anual de 6,4 a 11,4 millones de toneladas de dióxido de carbono.
Además, también se ha debatido ampliamente el posible impacto ambiental de la tecnología DAC. Por un lado, quienes promueven el DAC creen que es crucial para mitigar el cambio climático y puede ayudar a alcanzar el objetivo del Acuerdo de París de controlar el aumento de la temperatura global. Los críticos, por otro lado, señalan que la dependencia de la tecnología DAC podría retrasar los esfuerzos para reducir las emisiones porque la gente podría asumir que la tecnología puede resolver el problema en el futuro.
No se puede subestimar el potencial de la tecnología DAC para diferentes escenarios de aplicación, desde la recuperación mejorada de petróleo y gas hasta la producción de combustibles sintéticos y plásticos neutros en carbono. A medida que la tecnología madure y los costos disminuyan, la DAC puede convertirse en una herramienta importante para abordar el cambio climático en el futuro.
En estas aplicaciones, la gestión eficaz de diferentes concentraciones de productos de CO2 es fundamental, lo que afecta directamente la eficiencia y la viabilidad comercial de la tecnología DAC.
La comunidad científica aún está explorando la tecnología DAC. Con el apoyo de las políticas y el aumento de la inversión en investigación científica en muchos países, se espera que la tecnología DAC se utilice ampliamente en el futuro cercano. Por ejemplo, la planta de Orca en Islandia es la primera instalación DAC a gran escala, que captura aproximadamente 4.000 toneladas de CO2 al año y funciona con energía geotérmica.
Con el énfasis mundial en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, el futuro de la tecnología DAC es prometedor. Sin embargo, al promover esta tecnología, ¿cómo equilibrar la relación coste-beneficio y el impacto ambiental será una pregunta que los tomadores de decisiones deberán reflexionar?