A medida que el cambio climático global se intensifica, es particularmente urgente encontrar soluciones efectivas y sostenibles para la reducción de carbono. Entre ellos, la tecnología de captura directa de carbono en el aire (DAC) ha comenzado a atraer cada vez más atención. El núcleo de esta tecnología es capturar dióxido de carbono (CO2) directamente de la atmósfera a través de medios químicos o físicos y lograr un almacenamiento a largo plazo. Si el CO2 extraído se puede almacenar de forma segura, se forma la captura y almacenamiento directo de carbono en el aire (DACCS), que se considera una "tecnología de emisiones negativas" (NET). El funcionamiento de esta tecnología, su impacto medioambiental y sus perspectivas de futuro merecen un debate más profundo.
La tecnología de captura directa de carbono en el aire consta de tres etapas principales: etapa de contacto, etapa de captura y etapa de separación. Durante la fase de contacto, el sistema DAC utiliza grandes ventiladores para mover aire que contiene CO2 hacia el dispositivo. Posteriormente, en la etapa de captura, el CO2 se combina de manera rápida y eficiente con el solvente líquido o adsorbente sólido. Estos medios químicos luego son eliminados por una fuente de energía externa (por ejemplo, energía térmica) para obtener una corriente de CO2 puro y medios químicos regenerados.
En la actualidad, la tecnología operativa de DAC se puede dividir principalmente en dos tecnologías: adsorción de sólidos a baja temperatura (S-DAC) y adsorción de líquidos a alta temperatura (L-DAC). Ambas tecnologías están maduras y pueden comercializarse.
Aunque la tecnología DAC tiene un gran potencial, todavía enfrenta problemas de alto costo en aplicaciones prácticas. Para 2023, el costo de captura por tonelada de CO2 será de más de 1.000 dólares, mucho más alto que el precio actual del mercado de comercio de carbono. Para que los sistemas DAC mantengan una carga neta de carbono, se debe utilizar energía renovable, ya que este proceso consume mucha energía. Sin embargo, futuras innovaciones tecnológicas pueden reducir los requisitos energéticos de este proceso.
Los partidarios creen que el CAD es una herramienta importante para combatir el cambio climático y puede ayudar a lograr los objetivos del Acuerdo de París. Aún así, los críticos advierten que una dependencia excesiva de la tecnología podría retrasar las medidas de reducción de emisiones. Señalaron que los requisitos de recursos y energía requeridos por el sistema DAC también son una carga que no se puede ignorar y que incluso puede compensar los beneficios ambientales que aporta.
Según un análisis reciente, es posible que el sistema DAC no pueda capturar las 3 mil millones de toneladas de CO2 esperadas por año porque requiere enormes recursos y puede generar nuevos impactos ambientales en el futuro.
Las aplicaciones prácticas de la tecnología DAC se están expandiendo gradualmente, incluida la recuperación mejorada de petróleo, la producción de plásticos y combustibles sintéticos neutros en carbono, la carbonatación de bebidas, la resistencia mejorada del concreto y más. Estas aplicaciones requieren diferentes concentraciones de CO2, y la obtención de productos de CO2 puro de la atmósfera requiere un alto consumo de energía, lo que eleva los costes relacionados.
Para 2024, se espera que 53 instalaciones DAC estén operativas en todo el mundo, 18 de las cuales están en América del Norte y 24 en Europa. Estados Unidos, Canadá y algunos países europeos están liderando la construcción del DAC. La tecnología "CarbonBox" de China también se está desarrollando rápidamente, con el objetivo de ayudar a China a lograr la neutralidad de carbono para 2060.
En términos generales, el futuro de la tecnología DAC es brillante pero también difícil. Con el mayor desarrollo de la tecnología y la promoción de incentivos políticos, el CAD tiene el potencial de convertirse en una herramienta importante en la lucha contra el cambio climático en el futuro. Sin embargo, que pueda alcanzar el objetivo de neutralidad de carbono según lo previsto todavía depende de los esfuerzos y la cooperación de los países de todo el mundo. ¿DAC alcanzará en el futuro todo su potencial y se convertirá en una tecnología clave para resolver la crisis climática?