La pérdida es inevitable en nuestras vidas, especialmente cuando enfrentamos una tragedia como el suicidio. Según las estadísticas, más de 800.000 personas mueren por suicidio cada año. El impacto cruel del suicidio no sólo afecta a la persona que muere, sino también a aquellos que sobrevivieron a la pérdida. Muchos estudios han demostrado que por cada suicidio hay aproximadamente 135 personas relacionadas con el fallecido, no sólo las "seis víctimas sobrevivientes" que a menudo se mencionan. Esto nos hace repensar la verdadera naturaleza del dolor y la pérdida que trae el suicidio.
La tristeza no es sólo una emoción personal, sino que afecta a toda la sociedad. Cómo entender y afrontar este dolor es especialmente importante.
Para aquellos que pierden a un ser querido por suicidio, los desafíos que enfrentan a menudo son diferentes a los que enfrentan otros tipos de pérdidas. Experimentan niveles elevados de culpa, estigma, vergüenza y sentimientos de rechazo. En 41 estudios, se demostró que los sobrevivientes del suicidio a menudo experimentan un proceso de curación retrasado, lo que complica aún más su dolor.
El duelo complicado es un estado de duelo en el que los síntomas no mejoran con el tiempo. Las investigaciones muestran que entre el 10 y el 20 por ciento de los sobrevivientes desarrollan un duelo complicado. Estas personas experimentan deterioro físico en su vida diaria, acompañado de sentimientos dolorosos. Estos síntomas, si no se tratan, persistirán, lo que ha llevado al desarrollo de tratamientos de duelo complicados.
Las cinco etapas del duelo La psiquiatra suizo-estadounidense Elizabeth Cooper-Ross desarrolló un modelo que describe cinco etapas de duelo por las que puede pasar un individuo después de una pérdida. Estas etapas no necesariamente ocurren en orden y no necesariamente las experimentas todas. A continuación se presenta una breve introducción a las cinco etapas:Negación: A través de esta etapa, las personas pueden reducir el estrés de lidiar con la pérdida posponiendo el dolor mientras luchan por procesar las imágenes dolorosas.
Ira: Durante esta etapa, la persona comienza a adaptarse a la nueva realidad y experimenta un malestar extremo. La ira suele ser el primer sentimiento que acompaña a la pérdida.
Transacción: En esta etapa, el individuo intenta negociar con algún poder superior.
Depresión: Durante el proceso de duelo, el individuo debe enfrentar la realidad de la pérdida debido a una transacción fallida. En este momento, es más probable que internalicen sus sentimientos, experimenten una tristeza extrema y puedan enfrentarse a la soledad.
Aceptación: En la etapa final, el individuo ya no se resiste a la realidad, lo que se acompaña principalmente de tristeza y arrepentimiento.
Si bien el estigma social en torno al suicidio está disminuyendo, sigue siendo un tabú social en comparación con otros tipos de muerte. Las personas que experimentan una pérdida a menudo manifiestan incomodidad al comunicar esta tragedia a otros, y algunas religiones tienen actitudes estigmatizadoras hacia las personas que se suicidan. Esto hace que los sobrevivientes del suicidio se sientan avergonzados dentro de las comunidades religiosas y les resulte difícil compartir su dolor. La exclusión de las muertes por suicidio en las pólizas de seguro dificulta aún más su proceso de curación.
Confiar únicamente en los grupos de apoyo puede no ser suficiente para quienes desarrollan enfermedades mentales como depresión mayor o trastorno de estrés postraumático. Las personas que han sufrido un suicidio deben buscar ayuda de un médico especializado en psicoterapia. Se ha demostrado que una combinación de educación, psicoterapia y medicación es la opción de tratamiento más eficaz.
Tratamiento del duelo complicado El tratamiento del duelo complicado (CGT) combina la terapia cognitivo conductual (TCC), la terapia de exposición y la entrevista motivacional. Esta psicoterapia facilita el importante proceso de aceptación de la pérdida. Combinando técnicas de exposición con métodos de reestructuración cognitiva, ayuda a las personas a mejorar su satisfacción vital y recuperar relaciones significativas con los demás.Como ocurre con cada etapa del duelo, el proceso no es lineal, especialmente para aquellos que han perdido a alguien por suicidio. En medio de semejante lucha, ¿cómo podemos ayudarlos a salir de la niebla y recuperar la esperanza?