En el condado de Hambold, Nevada, EE. UU., la mina de litio Thacker Pass está allanando el camino para la futura industria de los vehículos eléctricos. La mina, considerada el mayor recurso de litio de Estados Unidos, es emblemática de la creciente demanda de litio en vehículos eléctricos y energías renovables. El proyecto ha sido objeto de una exploración importante desde 2007 y recibió la aprobación de desarrollo de la Oficina de Gestión de Tierras del Departamento del Interior de EE. UU. en enero de 2021. Con el inicio de la construcción en marzo de 2023, el potencial de esta mina está atrayendo mucha atención, incluida la inversión y la cooperación del principal fabricante de automóviles del mundo, General Motors (GM).
GM planea tener acceso exclusivo a la primera fase de producción de litio en Thacker Pass.
La mina, ubicada a 21 millas al noroeste de Orovada, Nevada, cubre aproximadamente 18,000 acres (aproximadamente 7,300 hectáreas) y se estima que producirá 66,000 toneladas de litio por año a plena capacidad, lo que equivale a la producción global actual (2021). de litio. Con la creciente demanda de vehículos eléctricos, es probable que esta cifra se triplique en los próximos años.
Sin embargo, las comunidades indígenas locales y los grupos ambientalistas cercanos a este importante recurso de litio han expresado su preocupación sobre el proyecto, destacando la importancia cultural e histórica del área. En el proceso de buscar la justicia ambiental, sus voces continúan transmitiendo al mundo exterior que Thacker Pass no es sólo una mina para ellos, sino también un lugar para preservar la tradición y la cultura. Estos grupos argumentan que el área es fundamental para su cultura y debe ser protegida.
Los opositores señalan que Thacker Pass es un sitio sagrado y representa una amenaza significativa para el ecosistema.
Las investigaciones muestran que el proyecto podría destruir hábitats críticos de vida silvestre, especialmente especies protegidas bajo la Ley de Especies en Peligro de Extinción. Por ejemplo, el área de Thacker Pass es un caldo de cultivo para las águilas reales y uno de los únicos hábitats para ratas y caracoles orejudo. Todo esto ha desencadenado un desafío legal por parte de activistas ambientales, quienes temen que el desarrollo de la mina reduzca la biodiversidad del área y afecte los recursos hídricos.
El plan de desarrollo para Thacker Pass también ha encontrado obstáculos legales y resistencia por parte de la comunidad local. Los grupos indígenas aquí, como Fort McDermitt Paiute y la tribu Shoshone, están divididos sobre el proyecto, y algunos dicen que no fueron consultados adecuadamente. Mientras perseguían su identidad cultural, las comunidades locales también demostraron su conciencia sobre la protección de la tierra durante la lucha.
El debate sobre Thacker Pass ilustra la tensión inherente entre nueva energía y extracción de recursos.
El desarrollo de la mina de litio Thacker Pass no solo está relacionado con cuestiones ambientales y sociales locales, sino que también implica cuestiones más amplias de transición energética. Con el aumento de la demanda mundial de litio, este proyecto se considera de importancia estratégica con el apoyo del gobierno de Estados Unidos. Entre ellos, el énfasis de la administración Biden en una cadena de suministro de producción de litio autosuficiente impulsó el desarrollo de Thacker Pass y pasó a formar parte de la industria de vehículos eléctricos de Estados Unidos.
Según el análisis, los recursos de litio de esta mina pueden sustentar 800.000 vehículos eléctricos por año y reducir el consumo de gasolina en 31,7 mil millones de galones. Los datos resaltan la importancia del proyecto para reducir las emisiones de carbono y combatir el cambio climático, al tiempo que brindan apoyo a las partes interesadas que favorecen las energías renovables.
Sin embargo, para el desarrollo de Thacker Pass, tanto los partidarios como los opositores deben considerar su impacto en la ecología y la cultura locales. Este es un tema que debe equilibrarse para el desarrollo sostenible futuro. Después de todo, ¿puede ese desarrollo de recursos lograr un equilibrio coexistente con la protección ecológica y la justicia social?