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La epidemia mundial de cáncer de hígado: ¿por qué están aumentando las tasas de esta enfermedad?
El carcinoma hepatocelular, también conocido como tumor hepático o cáncer primario de hígado, es un tipo de cáncer que se origina en el hígado. Hay dos tipos de cáncer: el primario, que es el cáncer que se origina en el propio hígado, y el metastásico, que es el cáncer que se ha propagado al hígado desde otras partes del cuerpo. Según las estadísticas mundiales, la incidencia del cáncer de hígado está aumentando significativamente y los expertos de todo el mundo continúan prestando atención a la urgencia y las posibles causas de este problema de salud.
A nivel mundial, el cáncer de hígado es el sexto cáncer más común y la cuarta causa principal de muerte por cáncer.
Según las estadísticas, en 2018, aproximadamente 841.000 personas fueron diagnosticadas con cáncer de hígado y resultó en 782.000 muertes. El cáncer de hígado es más común en poblaciones más susceptibles a las infecciones por hepatitis B y C, como en Asia y África subsahariana. La tasa de incidencia es mayor en hombres que en mujeres y el grupo de edad más susceptible es el comprendido entre 55 y 65 años. Las principales causas del cáncer de hígado son la cirrosis causada por el virus de la hepatitis y el alcoholismo de larga duración.
Tipos de cáncer de hígadoLa clasificación del cáncer de hígado depende no sólo de dónde se localiza el cáncer, sino también del tipo de célula del que se origina. Uno de los tipos más comunes es el carcinoma hepatocelular (CHC), que representa aproximadamente el 75% de todos los cánceres de hígado primarios. Este tipo de cáncer se considera la tercera causa principal de muerte por cáncer en todo el mundo. Otro cáncer común es el cáncer de los conductos biliares, que está compuesto por las células epiteliales que recubren los conductos biliares y es más común en hombres entre 60 y 70 años.
La mayoría de los síntomas del cáncer de hígado son vagos e incluyen dolor abdominal, pérdida de peso e ictericia.
El diagnóstico se basa en análisis de sangre e imágenes médicas y, a menudo, requiere una biopsia de tejido para confirmar la presencia de cáncer. Por lo tanto, la detección regular se vuelve esencial para las personas con alto riesgo de padecer enfermedad hepática crónica.
Precauciones
A medida que aumenta la conciencia sobre los riesgos del cáncer de hígado, han surgido diversas medidas preventivas. Las estrategias eficaces incluyen la vacunación contra la hepatitis B, mejorar los hábitos de consumo de alcohol y controlar la obesidad y la diabetes. Para las personas con enfermedad hepática crónica, los médicos recomiendan una ecografía cada seis meses para detectar de forma temprana un posible cáncer de hígado.
Las personas pueden reducir el riesgo de cáncer de hígado controlando su dieta y reduciendo su exposición a carcinógenos como las aflatoxinas, que se encuentran comúnmente en ciertos alimentos contaminados.
Tratamiento y manejo
El tratamiento del cáncer de hígado depende del tipo de cáncer y su estadio. Los tratamientos comunes incluyen resección quirúrgica, radioterapia y terapia dirigida. El tratamiento más común para el CHC es la resección quirúrgica, pero los casos que se han diseminado o no se pueden extirpar pueden requerir un trasplante de hígado y otras terapias adyuvantes.
Con el avance de la tecnología médica, la nueva inmunoterapia ha demostrado potencial en el tratamiento del cáncer de hígado, especialmente en ciertos tumores refractarios. Para los pacientes con cáncer de hígado, además de los ataques directos a las células cancerosas, algunas terapias emergentes adoptan estrategias para mejorar su propia inmunidad.
ConclusiónEl aumento de la incidencia del cáncer de hígado en todo el mundo no es accidental, sino que está causado por factores sociales, ambientales y médicos complejos. Ante esta situación deberíamos empezar a pensar: ¿Cómo podemos seguir fortaleciendo la prevención y el diagnóstico precoz del cáncer de hígado a nivel individual, social y político?
