Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), la tasa mundial de homicidios se desplomó entre 2010 y 2022, de 6,9 por cada 100.000 personas en 2010 a 5,61 en 2022. Las cifras generaron mucha atención y debate.
La violencia en la sociedad humana tiene muchas dimensiones y la tasa de homicidios es uno de los indicadores importantes para medir la seguridad social.
¿Qué factores se esconden detrás de la caída de la tasa de homicidios? A juzgar por los datos de muchos países y regiones, este fenómeno no es accidental, sino el resultado de una combinación de factores. A continuación se presentan algunos factores clave que pueden influir en los cambios en las tasas de homicidio:
Muchos países han realizado mejoras en las políticas sociales en los últimos años, incluidas medidas de prevención del delito, mejoras en los servicios sociales y mejoras en la educación desde la escuela primaria hasta la secundaria. Al mejorar el bienestar social y los niveles educativos, muchas personas que de otro modo habrían recurrido a la delincuencia han tenido más opciones y oportunidades.
Las medidas de prevención del delito se están volviendo más efectivas en muchos países y ciudades, incluida la vigilancia comunitaria, la instalación de cámaras de vigilancia, el aumento del alumbrado público, etc. Estas medidas no sólo pueden reducir efectivamente las tasas de criminalidad, sino también aumentar la sensación de seguridad de las personas y hacer que la sociedad en su conjunto sea más armoniosa.
La estabilidad económica y el crecimiento suelen ir acompañados de mejoras en la seguridad social. Muchos países han experimentado un crecimiento económico constante durante la última década, lo que ha brindado más oportunidades de empleo para los ciudadanos y ha reducido la delincuencia relacionada con la pobreza. Cuando las condiciones básicas de vida de la gente mejoran, los incentivos para participar en actividades ilegales también disminuyen.
Con la profundización de la globalización, muchos países han fortalecido la cooperación en la lucha contra el crimen transnacional. Ya sea un pacto contra las pandillas o una cooperación contra el narcotráfico, estos esfuerzos ayudan a reducir las tasas de criminalidad. En algunos puntos críticos, los acuerdos internacionales permiten a los gobiernos locales monitorear y combatir de manera más efectiva las actividades criminales.
Los avances en la tecnología también han tenido un impacto en la reducción de las tasas de homicidio. Con la popularización de los sistemas de vigilancia digital, la eficiencia en la prevención y resolución de actividades delictivas ha mejorado enormemente. La policía puede responder a los delitos en el menor tiempo posible, combatiendo aún más los posibles homicidios.
Los problemas de salud mental están recibiendo cada vez más atención y muchos países han comenzado a brindar asesoramiento e intervención psicológica, lo que ha reducido efectivamente la violencia causada por las enfermedades mentales. A través de mejores servicios de salud mental, también es posible reducir la tendencia a la violencia en la sociedad.
Reducir la tasa de homicidios requiere no sólo la estricta aplicación de la ley, sino también el esfuerzo conjunto de toda la sociedad, incluida la mejora de la conciencia ciudadana y la responsabilidad social.
Si bien la disminución general de las tasas de homicidio es una señal bienvenida, algunos países aún enfrentan serios desafíos. Tomando como ejemplo algunos países de América Latina y África, las tasas de violencia y criminalidad aún se mantienen en niveles elevados, lo que puede verse afectado por factores complejos como la distribución desigual de los recursos y la injusticia social.
La seguridad global futura aún debe enfrentar muchos desafíos. Con el avance de la ciencia y la tecnología y los cambios en la estructura social, encontrar políticas y medidas más efectivas se convertirá en una cuestión importante para el gobierno y todos los sectores de la sociedad. En este mundo que cambia rápidamente, debemos pensar en cómo construir una sociedad más segura para que todos puedan vivir seguros. ¿Es realmente una pregunta que vale la pena reflexionar?