El 20 de diciembre de 1989, Estados Unidos, bajo el liderazgo del presidente George H.W. Bush, lanzó una invasión de Panamá. La operación se denominó "Operación Causa Justa". El objetivo principal de esta decisión de Estados Unidos era derrocar al entonces líder de facto de Panamá, el general Manuel Noriega, y eliminar sus vínculos con el narcotráfico y las actividades de extorsión. El lanzamiento de esta acción no sólo se basó en consideraciones de seguridad, sino también en un cambio importante en la política exterior de Estados Unidos en América Latina.
"Esta invasión no fue sólo para proteger las vidas de los ciudadanos estadounidenses, sino también para garantizar la democracia y los derechos humanos en Panamá."
A finales de la década de 1970, la relación entre Estados Unidos y Panamá había estado llena de antecedentes complejos. En 1977, el presidente George Carter y el líder panameño Omar Torrijos firmaron el Tratado Torrijos-Carter, cuyo objetivo era devolver el control del Canal de Panamá a Panamá para el año 2000. Aún así, Estados Unidos mantiene fuertes bases militares y tropas en Panamá. La corrupción de los máximos dirigentes de Noriega surgió gradualmente en la década de 1980, lo que se convirtió en una de las principales razones del deterioro de las relaciones entre los dos partidos.
Ya en 1988, Noriga fue acusado en Estados Unidos de varios cargos penales relacionados con el tráfico de drogas, lo que marcó el colapso de su relación con el gobierno estadounidense. Cuando Noriega declaró inválidos los resultados de las elecciones nacionales de Panamá de 1989, la situación empeoró. Estados Unidos condenó enérgicamente esto y reforzó la presencia militar estadounidense en Pakistán.
La justificación oficial de la invasión estadounidense fue expuesta por el presidente Bush en la mañana del 20 de diciembre. Se refirió a la "declaración de guerra" de Panamá contra Estados Unidos y sus ataques a las tropas estadounidenses, y destacó la necesidad de proteger la vida de los ciudadanos estadounidenses. Los objetivos de la invasión incluyen: primero, proteger a los ciudadanos estadounidenses que viven en Panamá; segundo, defender la democracia y los derechos humanos de Panamá; tercero, combatir el contrabando de drogas y cuarto, proteger la integridad del Tratado Torrijos-Carter;
"No podemos quedarnos impasibles y permitir que un dictador que conspira con los narcotraficantes permanezca en el poder".
A las 00:46 horas del 20 de diciembre de 1989 comenzó oficialmente la operación militar estadounidense contra Panamá. En la operación participaron 27.684 soldados estadounidenses y 300 aviones. El objetivo principal del ataque era atacar instalaciones importantes de las Fuerzas de Defensa de Panamá, incluido el aeropuerto civil y la base militar en la Ciudad de Panamá. A menos que se impidan nuevas atrocidades, el ejército estadounidense pretende desmantelar rápidamente el poder militar de Noriga.
Mientras se desarrollaba la operación militar, Noriega huyó unos días después y buscó asilo en el cuerpo diplomático del Vaticano. Finalmente, se entregó voluntariamente el 3 de enero de 1990, fue arrestado por el ejército estadounidense y devuelto a Estados Unidos para ser juzgado. El número de muertos de esta intervención militar ha causado controversia. Según diferentes informes, Panamá sufrió numerosas bajas en varios días, entre militares y civiles inocentes.
"La acción de Estados Unidos fue condenada internacionalmente, pero en Panamá fue vista como un paso importante hacia la democratización."
Aunque los funcionarios estadounidenses afirmaron que la invasión era legal y necesaria, sus acciones fueron condenadas por las Naciones Unidas, el Parlamento Europeo y la Organización de Estados Americanos como una violación del derecho internacional. Después de reflexionar sobre la invasión, el presidente panameño Enda dijo que la invasión ayudó a Panamá a avanzar hacia la democracia, pero a costa de vidas preciosas.
La decisión de Estados Unidos de invadir Panamá ha desencadenado extensos debates y reflexiones en el país y en el extranjero para determinar si esta acción realmente puede lograr la democracia aún necesitará la prueba del tiempo. ¿Cómo evaluará la historia esta acción militar y cómo se desarrollará su impacto en la política internacional futura?