El milagro de la proteína AIM: ¿Por qué es tan crítica en las enfermedades autoinmunes?

En la investigación médica actual, la proteína pepinillo (AIM) ha ido recibiendo gradualmente una amplia atención. Esta proteína producida por los macrófagos no sólo regula las respuestas inmunes sino que también juega un papel importante en una variedad de procesos intracelulares, incluido el metabolismo de los lípidos y la apoptosis. Este artículo explorará la importancia de la proteína AIM en las enfermedades autoinmunes, destacando su papel potencial como una de las moléculas clave.

Descripción general

AIM es una proteína de 40 kDa codificada por el gen CD5L. Es producido principalmente por macrófagos residentes en los tejidos y se activa transcripcionalmente a través de receptores nucleares activados (LXR/RXR) y/o el factor de transcripción MAFB. AIM pertenece a la superfamilia del receptor eliminador rico en cisteína (SRCR) y posee tres dominios SRCR. En suero, AIM se une a los pentámeros IgM, impidiendo la excreción renal y manteniendo altos niveles de circulación. Aunque el AIM unido a IgM está en estado inactivo, se disocia durante la enfermedad y ejerce su función de promover la reparación de la lesión.

Algunos resultados muestran que los patrones de expresión de AIM varían en diferentes organismos, y un estudio de 2019 encontró que los perros tienen un patrón de expresión de AIM más amplio que los humanos y los ratones.

Funciones AIM

AIM tiene múltiples funciones en el cuerpo y sus diversas funciones incluyen regular procesos intracelulares como el metabolismo de los lípidos y la apoptosis, inhibir la síntesis de colesterol y afectar la patogenicidad de las células Th17. A pesar de sus diversos efectos en la regulación de la inflamación, los mecanismos específicos por los cuales desempeña un papel en atraer o promover la inflamación aún no están claros. El receptor específico para AIM aún no se ha identificado, pero es capaz de unirse a moléculas como CD36, una glicoproteína de membrana que desempeña un papel en una variedad de funciones celulares, incluidas la inflamación y la aterosclerosis.

Los primeros estudios han demostrado que la AIM aumenta en las enfermedades autoinmunes y gradualmente se está reconociendo el potencial de la AIM como biomarcador sensible. 』

Papel en las enfermedades autoinmunes

En las enfermedades autoinmunes, la mayor expresión de AIM lo convierte en un biomarcador potencial, pero su función y mecanismo específicos aún no están claros. En pacientes con ELA, esclerosis múltiple progresiva, artritis reumatoide y osteoartritis, los niveles de AIM son significativamente más altos de lo normal. En pacientes con OA de rodilla, la AIM en macrófagos CD14+ puede desempeñar un papel potencial en la promoción de la supervivencia de los macrófagos sinoviales y la promoción de la artritis. En el lupus eritematoso, las concentraciones de AIM se correlacionan con la actividad de la enfermedad y los marcadores inflamatorios y disminuyen con un tratamiento eficaz.

El papel de la enfermedad cardiopulmonar

El papel de AIM en las enfermedades cardiovasculares y pulmonares se centra principalmente en la inflamación, la inhibición de la apoptosis de los macrófagos y la mejora de las respuestas inflamatorias. En las enfermedades cardiovasculares, AIM exacerba los trastornos metabólicos y la aterosclerosis, que pueden provocar diabetes y eventos cardiovasculares. AIM se expresa altamente en macrófagos espumosos en placas ateroscleróticas, lo que promueve la supervivencia de los macrófagos y la respuesta inflamatoria, y los ratones con deficiencia de AIM han mejorado significativamente los resultados después del infarto de miocardio, con mayores tasas de supervivencia y tasas reducidas de rotura cardíaca.

Doble papel en la lesión inflamatoria hepática

AIM juega un doble papel en la dinámica del hígado. En el metabolismo de los lípidos, cataliza la inflamación asociada con la lipólisis, mientras que en el microambiente hepático antagoniza los efectos profibróticos del TGFβ1. Esta respuesta adaptativa de AIM tiene como objetivo reducir la señalización inflamatoria y la fibrosis. En modelos de lesión hepática también se ha ido demostrando progresivamente el efecto protector del AIM frente a la fibrosis. Al mismo tiempo, la alta expresión de AIM en el carcinoma hepatocelular (CHC) está relacionada con la proliferación de células cancerosas y la resistencia a la apoptosis.

Doble papel en la función renal

En suero, la AIM derivada de pentámeros IgM desempeña múltiples funciones, incluida una función en la lesión renal aguda (IRA). Un estudio de 2016 demostró que los aumentos en AIM durante la IRA ayudan a promover la reparación renal. El aumento de AIM se combina con moléculas de lesión renal (KIM) para promover la eliminación de residuos de células renales y ayudar a la reparación de tejidos. Los estudios de AKI en ratones con deficiencia de AIM han demostrado que la deficiencia de AIM reduce la capacidad de eliminar los desechos celulares y aumenta la mortalidad.

Explorar el papel de AIM en diversas enfermedades puede revelarnos nuevos caminos de tratamiento y conocimientos.

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