El 26 de abril de 1986 se produjo una enorme explosión en el reactor número 4 de la central nuclear de Chernóbil, convirtiéndose en uno de los peores desastres nucleares de la historia. El desastre no sólo causó muertes y lesiones inmediatas, sino que también tuvo consecuencias ambientales y sanitarias a largo plazo que todavía afectan a los países y las personas implicadas.
Las causas de este desastre fueron complejas y de largo alcance, e incluyeron fallas técnicas, errores humanos y problemas sistémicos de cultura de seguridad.
Según los informes, el desastre de Chernóbil ocurrió durante una prueba diseñada para simular el enfriamiento de un reactor en caso de un corte de energía inesperado. Sin embargo, debido a un fallo de diseño, la prueba no salió como se esperaba y, en cambio, resultó en un intenso aumento de energía. Esto provocó la ruptura de elementos del reactor, pérdida de refrigerante y una explosión de vapor y fusión que destruyó el edificio de contención y esparció material radiactivo.
En las 36 horas siguientes a la explosión, las autoridades establecieron una zona de exclusión de 10 kilómetros para proteger a la población, evacuando inicialmente a unas 49.000 personas, que posteriormente se amplió a 30 kilómetros, para un total de unas 68.000 personas. El desastre provocó directamente la muerte de dos ingenieros, decenas de trabajadores resultaron gravemente heridos y fueron hospitalizados, 134 personas mostraron síntomas agudos de radiación y 28 de ellos murieron en tres meses.
El Comité Científico de las Naciones Unidas estimó que los efectos de la radiación del accidente de Chernóbil mataron a menos de 100 personas. Sin embargo, las estimaciones del número final de muertos varían ligeramente de una institución a otra. Por ejemplo, un estudio de 2006 de la Organización Mundial de la Salud predijo 9.000 muertes relacionadas con el cáncer en Ucrania, Bielorrusia y Rusia. Ante riesgos tan elevados para la salud, la respuesta de los equipos de emergencia en ese momento se consideró catastrófica.El impacto del desastre de Chernóbil todavía hace reflexionar a la gente. ¿Hemos aprendido alguna lección?
En el funcionamiento de un reactor nuclear, la mayor parte del calor se produce por fisión nuclear, pero más del 6% proviene del calor de desintegración radiactiva. Este enfriamiento debe continuar después de apagar el reactor. Si se interrumpe la circulación del refrigerante, el núcleo helado puede sobrecalentarse y provocar una fusión.
El accidente de Chernóbil se produjo durante una prueba de seguridad para confirmar el rendimiento del generador de turbina. A pesar de los múltiples fracasos experimentales, el plan de pruebas sigue adelante según lo previsto.
Caída de potencia inesperadaDurante las horas nocturnas de 1986, el plan de pruebas preveía reducir gradualmente la potencia del reactor. Sin embargo, debido a la influencia de ciertos productos de reacción (xenón-135), la potencia continuó disminuyendo. El operador realizó una serie de acciones incorrectas en esta situación, lo que finalmente condujo al estado de bajo consumo de energía.
Después de que comenzó la prueba, el reactor debería haber estado operando dentro de su rango normal de operación, pero varias operaciones incorrectas causaron que la potencia del reactor aumentara casi diez veces en un corto período de tiempo, lo que finalmente llevó a una explosión fatal.
Explosión y consecuenciasLa explosión que siguió al accidente liberó una gran cantidad de material radiactivo y causó daños irreversibles al medio ambiente circundante.
Los efectos de la explosión aún no se comprenden completamente, pero en general se cree que la presión del vapor dentro del reactor provocó una explosión de vapor, que destruyó la carcasa del reactor y liberó además una gran cantidad de material radiactivo al medio ambiente, causando daño a los humanos y al ecosistema. tuvo un impacto devastador.
Las consecuencias del desastre nuclear de Chernóbil no sólo fueron un desastre para una región, sino que también desencadenaron un replanteamiento global de la seguridad de la energía nuclear. En las últimas décadas, este incidente ha aportado profundas lecciones y reflexiones a los países pertinentes y a la comunidad internacional. ¿Cómo debemos garantizar la seguridad nuclear en el futuro?