Language
Country/Area
No result found
El misterioso poder de los tifones: ¿cómo se forman en los océanos tropicales?
Los tifones, fenómeno natural, se originan en los vastos océanos tropicales. Sobre las cálidas aguas del mar, son como bailarines que despliegan una fuerza poderosa y misteriosa siguiendo la guía del viento. Cuando llega un tifón, los fenómenos climáticos extremos y los desastres que provoca suelen sumir a todo el país en una atmósfera de tensión y ansiedad. Pero ¿cómo exactamente se forman estos temibles ciclones?
Un tifón es un tipo de ciclón tropical que generalmente se forma en el noroeste del Océano Pacífico en el hemisferio norte y tiene vientos sostenidos de al menos 119 km/h (74 mph).
El área de generación global de tifones se localiza principalmente en aguas tropicales, especialmente en el noroeste del Océano Pacífico, que representa un tercio de los ciclones tropicales del mundo. La formación de tifones es inseparable de las condiciones climáticas específicas y del entorno oceánico. En primer lugar, el agua de mar caliente es un factor clave para favorecer la formación de tifones. La temperatura del mar debe superar los 26,5 °C (79,7 °F) y mantenerse a una profundidad de al menos 50 metros.
El desarrollo de un tifón requiere muchos factores, entre ellos una superficie del mar cálida, un flujo de aire inestable y una alta humedad en la atmósfera.
Cuando la superficie del océano se calienta lo suficiente, el vapor de agua asciende gradualmente, formando una zona de baja presión, que a su vez atrae continuamente el aire circundante, lo que provoca muchas corrientes ascendentes. El calor y el vapor de agua acumulados proporcionan energía para el desarrollo de los tifones. Además, la inestabilidad de la atmósfera también es un factor esencial. La alta humedad desde el nivel del mar hasta la troposfera media y baja puede promover aún más la formación y el crecimiento de nubes. Estos factores trabajan juntos para promover el desarrollo de tifones, convirtiéndolos en una fuerza que no puede subestimarse en los océanos tropicales.
Obviamente, la formación de un tifón requiere un efecto Coriolis suficiente para promover el desarrollo de un centro de baja presión. La distancia desde el ecuador también es muy importante: normalmente se requiere una distancia de 500 km para que se produzca un ciclo de rotación influyente. En la mayoría de los casos de formación de ciclones tropicales, las interacciones o perturbaciones relacionadas con la circulación son esenciales. Cabe señalar que entre el 85% y el 90% de los tifones en el noroeste del Pacífico se forman en la vaguada monzónica.
Los tifones en el Océano Pacífico alcanzan su pico entre julio y octubre de cada año, y no faltan los ciclones tropicales fuertes durante este período.
Aunque los tifones se forman principalmente entre junio y noviembre, es menos probable que se formen de diciembre a mayo de cada año, pero aún son posibles. Este período está generalmente dominado por la posibilidad de formación de ciclones, aunque su intensidad es relativamente baja. Durante este período, los sistemas tropicales entraron en una fase de formación extremadamente catastrófica, lo que también recuerda a las personas que todavía deben prestar atención a los riesgos potenciales incluso durante el período de pico bajo.
Durante el proceso de formación de un tifón, además del agua de mar cálida y el ambiente de alta humedad, otros factores como la estabilidad atmosférica, los cambios repentinos en el nivel bajo y la ligera cizalladura del viento se consideran las condiciones para el continuo fortalecimiento de los tifones. Si la cizalladura del viento es mayor que un valor crítico determinado, la organización del tifón se reducirá y la posibilidad de que se transforme en tifón en el futuro disminuirá. Por lo tanto, controlar estos factores es crucial para predecir la formación de tifones.
Con el impacto del cambio climático, las trayectorias de los tifones también se verán afectadas, lo que hará más complicada su predicción. Cuando la posición de la dorsal subtropical de alta presión se desplaza, la trayectoria del tifón también cambiará. Por ejemplo, en un año de El Niño, los tifones pueden tener más impactos en la costa de Japón, mientras que en años de La Niña, la formación de ciclones tropicales se desplazará más hacia la costa de China. En medio de esta compleja interacción, cómo predecir con precisión la trayectoria y la intensidad de un tifón se convierte en un gran desafío para los meteorólogos.
Detrás de la formación de los tifones se esconden complejos cambios ambientales y de la naturaleza.
Las agencias de monitoreo residentes en la región, como el Centro de Tifones de la Agencia Meteorológica de Japón, son responsables de las advertencias de riesgo de tifones y de la denominación de los ciclones tropicales. Siempre que un tifón causa un desastre en un área determinada, el área afectada puede solicitar que se retire el nombre del tifón en la reunión de denominación, lo que hace que la labor de denominación del tifón sea más sensible y humanitaria.
Después de experimentar innumerables tifones, nuestra comprensión y conocimiento de estos fenómenos naturales aún no son completamente sólidos. Sin embargo, ya sea la evolución del viento o el nombre de los tifones, todos muestran la compleja relación entre los humanos y la naturaleza. A medida que continúa el cambio climático global, ¿qué impacto tendrá en el comportamiento futuro de los tifones?
