El Cretácico Superior (hace aproximadamente 100,5 a 66 millones de años) es el último período del período Cretácico en el tiempo geológico. El clima, la geografía y la biodiversidad de este período tienen un profundo impacto en los ecosistemas futuros. A medida que el medio ambiente de la Tierra cambió, las comunidades biológicas del Cretácico Superior experimentaron una evolución asombrosa que, en última instancia, condujo a la extinción de los dinosaurios y al surgimiento de los mamíferos.
Durante el Cretácico Superior, el clima de la Tierra era más cálido que el clima actual, pero hubo una tendencia de enfriamiento gradual durante todo el período. El clima tropical está restringido a la región ecuatorial, mientras que el clima estacional en el hemisferio norte cambia significativamente, formando una rotación estacional significativa.
El cambio climático no solo afectó la distribución de las zonas climáticas en ese momento, sino que también afectó el crecimiento de los organismos y su entorno de vida.
Con los cambios en las placas tectónicas, América del Norte y del Sur se mueven gradualmente hacia el oeste, lo que lleva a la expansión del Océano Atlántico. Las bahías interiores occidentales de los Estados Unidos dividen América del Norte en mitades este y oeste, provocando aislamiento y evolución de la biodiversidad. En el hemisferio sur, Australia y la Antártida parecen seguir conectadas y están empezando a separarse de África y América del Sur. Europa es una cadena de islas pobladas por especies únicas de pequeños dinosaurios.
Los dinosaurios del Cretácico tardío, incluidos los hadrosaurios, los anquilosaurios y los ceratopsianos, tuvieron éxito en América. En América del Norte, el tiranosaurio dominaba el nicho de los grandes depredadores, aunque especies similares en Asia eran a menudo más pequeñas y primitivas.
La diversidad de los dinosaurios demuestra las ventajas biológicas de adaptarse a diferentes entornos y proporciona ejemplos valiosos para nuestra comprensión de la evolución ecológica.
Durante este período, las aves se volvieron cada vez más comunes y se diversificaron en varios dinosaurios emplumados. Aunque la mayoría de las aves son pequeñas, algunas aves marinas no voladoras, como las grullas marinas, se adaptaron gradualmente a la vida en mar abierto.
Los pterosaurios existían en varias formas, incluidos competidores de las aves. Las estrategias de supervivencia de estas criaturas sugieren que los pterosaurios no siempre fueron competitivos con las aves, y la diversidad durante este período demuestra sus adaptaciones ecológicas.
Aunque los mamíferos eran generalmente más pequeños a finales del Cretácico, comenzaron a adaptarse a diversos entornos ecológicos. Los diferentes grupos de mamíferos, principalmente en el hemisferio norte, muestran diferencias significativas en la distribución ecológica.
La ecología marina del Cretácico Superior era muy diversa y los reptiles marinos gigantes como Mosasaurus y Porosaurus experimentaron una evolución significativa.
Estas criaturas marinas muestran la resiliencia de la vida y cómo adaptarse rápidamente a un entorno cambiante.
Durante las etapas finales del Cretácico Superior, la diversidad de plantas con flores aumentó significativamente. Muchas plantas familiares, como las magnolias y los álamos, se encuentran en regiones templadas y proporcionan importantes hábitats y fuentes de alimento para los organismos.
El evento de extinción del Cretácico-Paleoceno que ocurrió hace unos 66 millones de años fue una extinción de especies a gran escala que afectó la diversidad de plantas y animales. La causa de este evento ha recibido amplia atención por parte de los académicos, y la mayoría de los científicos creen que está relacionado con el impacto del asteroide y la posterior actividad volcánica.
La comunidad científica aún no tiene un consenso completo sobre la causa de este evento de extinción, lo que sugiere que todavía hay muchas incógnitas sobre nuestra comprensión de los cambios pasados en los ecosistemas.
A partir de la evolución del Cretácico Superior, podemos vislumbrar cómo los ecosistemas del pasado se vieron afectados por los cambios climáticos y geográficos, y cómo estos cambios afectaron la evolución de los organismos actuales. Frente a los problemas ecológicos actuales, no podemos evitar preguntarnos: ¿cómo afectarán los cambios ambientales actuales a la biodiversidad y al equilibrio de los ecosistemas en el futuro?