El espasmo de la arteria coronaria es una obstrucción temporal repentina, completa o parcial, de las arterias coronarias. Ya en 1959 Prinzmetal et al describieron por primera vez este dolor torácico y lo denominaron angina variante. Desde entonces, este tipo de angina se conoce en la literatura como angina de Prinzmetal. Estudios posteriores diferenciaron aún más este tipo de angina de la angina tradicional mediante cateterismo cardíaco y encontraron que los pacientes con angina de Prinzmetal no mostraban placas ateroscleróticas en sus arterias coronarias durante el examen, lo que era exactamente lo contrario de los hallazgos típicos de la angina tradicional.
Cuando se produce un espasmo de la arteria coronaria, el bloqueo temporal puede provocar isquemia, lo que puede provocar una amplia gama de síntomas e incluso puede provocar un infarto de miocardio y muerte cardíaca súbita.
El espasmo de la arteria coronaria a menudo produce dolor en el pecho en un estado estático, lo que se denomina angina variante (o angina vasoespástica). Este tipo de dolor en el pecho suele ser más común en determinados momentos del día (normalmente de noche a primera hora de la mañana). Los pacientes pueden experimentar síntomas como náuseas, vómitos, sudores fríos y desmayos al mismo tiempo. La fatiga, la dificultad para respirar y las palpitaciones del corazón también pueden ser síntomas primarios, pero estas afecciones también pueden ocurrir junto con el dolor en el pecho. En particular, algunos pacientes con espasmo de la arteria coronaria ni siquiera presentan ningún síntoma, lo que lleva a una isquemia miocárdica silenciosa.
Diferentes longitudes de obstrucción de la arteria coronaria pueden causar diferentes síntomas de isquemia miocárdica. Las obstrucciones más cortas pueden provocar isquemia miocárdica silenciosa, mientras que las obstrucciones más largas pueden causar angina estable o inestable, infarto de miocardio o incluso muerte cardíaca súbita.
A diferencia de la angina tradicional, el espasmo de la arteria coronaria no se ve afectado significativamente por los factores de riesgo cardiovascular tradicionales, con la única excepción de fumar, que se considera un factor de riesgo modificable para la angina vasoespástica. Se cree que una variedad de factores desencadenan la aparición del espasmo de la arteria coronaria, a menudo al afectar el sistema nervioso autónomo. Por ejemplo, el consumo de coca puede desencadenar espasmos de las arterias coronarias a través de sus efectos sobre los receptores adrenérgicos, mientras que el ejercicio, el clima frío, el estrés mental y la hiperventilación también son posibles desencadenantes.
El mecanismo patogénico exacto del espasmo de la arteria coronaria no se ha dilucidado completamente, pero se han propuesto múltiples factores como posibles contribuyentes. Entre ellos, ciertas anomalías en las arterias coronarias pueden hacer que reaccionen exageradamente a los estímulos vasoconstrictores, lo que puede provocar una obstrucción total o temporal del flujo sanguíneo, lo que resulta en isquemia.
Actualmente no existen criterios claros para diagnosticar el espasmo de la arteria coronaria. Una historia médica detallada puede ayudar a confirmar el diagnóstico, especialmente identificando las características del dolor en el pecho. Además, en algunos casos se puede utilizar un electrocardiograma (EKG) para el diagnóstico. Sin embargo, debido a la naturaleza transitoria del espasmo de la arteria coronaria, el electrocardiograma a veces no logra capturar estos episodios, por lo que se puede utilizar el cateterismo coronario para inducir el espasmo para la prueba de cierre. Estas pruebas utilizan agonistas para inducir espasmos de las arterias coronarias, pero no se utilizan clínicamente de forma rutinaria debido a los graves efectos secundarios de estos fármacos.
Cuando el espasmo de la arteria coronaria produce una obstrucción completa, el electrocardiograma puede mostrar una elevación del segmento ST en el territorio irrigado por esa arteria. En casos de obstrucción subtotal, puede ocurrir una depresión transitoria del segmento ST. En ocasiones, también aparecerán en el electrocardiograma arritmias causadas por isquemia, incluidas contracción ventricular prematura, pulsación ventricular y fibrilación ventricular.
Desde que Prinzmetal et al. describieron por primera vez el dolor torácico debido a un espasmo de la arteria coronaria en 1959, este fenómeno ha recibido su nombre y estudios posteriores han ayudado a definir mejor el proceso y su tratamiento.
El espasmo de la arteria coronaria es un fenómeno complejo y todavía hay muchas incógnitas sobre su inducción específica y sus mecanismos patológicos. Entonces, ¿la comprensión de estos factores desconocidos tendrá un impacto profundo en el tratamiento médico futuro?