En el ordenamiento jurídico el derecho procesal (también conocido como derecho incidental) juega un papel sumamente importante. Proporciona un conjunto de reglas que guían la forma en que los tribunales conocen y deciden casos en procedimientos civiles, penales o administrativos. Estas reglas están diseñadas para garantizar que todos los casos se traten de manera justa y consistente ante los tribunales, independientemente del debido proceso en los Estados Unidos o de los principios fundamentales de equidad en otros países de derecho consuetudinario.
El derecho procesal se centra en garantizar que el proceso legal sea justo y permita a cada parte presentar plenamente su caso y sus pruebas.
En esencia, el derecho procesal consiste en garantizar que todos los involucrados en la ley reciban un trato justo. Un tribunal no puede imponer sanciones a una persona que no ha sido notificada o que carece de una oportunidad justa de presentar pruebas. Esto se debe principalmente al énfasis en el "debido proceso", que requiere que todos los procedimientos legales sigan ciertos pasos estandarizados para garantizar la equidad.
Si bien el derecho procesal tiene múltiples ventajas para garantizar la equidad, también presenta algunos desafíos. Por ejemplo, el rigor de las normas procesales tiene el potencial de tener un impacto en el curso del litigio, ya sea acelerando un caso o retrasándolo. En este caso, es fácil para las partes que no están familiarizadas con las reglas procesales perjudicar sus posibilidades al cometer pequeños errores.
La complejidad de las condiciones y reglas a menudo hace que las partes sin formación jurídica enfrenten desafíos adicionales que, aunque irrelevantes para el fondo del caso, afectan el resultado final.
La finalidad de los procedimientos judiciales también incluye la asignación más razonable de los recursos judiciales. Por ejemplo, la mayoría de los tribunales de jurisdicción general en los Estados Unidos dan prioridad a los casos penales porque los acusados pueden correr el riesgo de perder su libertad y primero deben recibir una oportunidad de juicio justo.
El sistema jurídico europeo está profundamente influenciado por el derecho romano, y la distinción entre derecho procesal y sustantivo también puede encontrarse en diferentes idiomas y entornos jurídicos. Por ejemplo, derecho adjetivo y derecho material en español, y formelles Recht y materielles Recht en alemán, reflejan una comprensión común de este concepto. China distingue entre "derecho procesal" y "derecho sustantivo" a este respecto.
La comprensión del derecho procesal y sustantivo evolucionó gradualmente en diferentes países y regiones con el tiempo, especialmente en el siglo XIX, después de que se formulara el Código Civil alemán (BGB), comenzaron a surgir normas más claras. De manera similar, en los debates en los círculos jurídicos después de la Segunda Guerra Mundial, también se ha reexaminado el concepto de "justicia formal".
En el proceso de enfatizar la justicia procesal, podemos ver la conexión entre la evolución de este concepto y la cultura social, ya sea la integración de procedimientos o el desafío de fondo.
Con el avance de la tecnología jurídica, el derecho procesal actual no sólo se utiliza para resolver disputas civiles y penales tradicionales, sino que también ha comenzado a extenderse a campos emergentes como el derecho ambiental. La Convención de Aarhus incorporó formalmente este concepto al derecho internacional, enfatizando los derechos de acceso a la información, la participación pública y la justicia.
En general, el derecho procesal desempeña un papel indispensable en el sistema jurídico, asegurando la implementación del debido proceso y el tratamiento justo de los casos. Sin embargo, la ley a menudo enfrenta agudas contradicciones y desafíos entre garantizar la equidad procesal y los resultados justos. En el futuro, ¿cómo deberíamos optimizar aún más este sistema para garantizar que cada caso pueda resolverse de manera justa en un entorno justo?