A finales de la década de 1950 y principios de la de 1960, China experimentó un movimiento social y económico sin precedentes conocido como el Gran Salto Adelante. Detrás del movimiento estaba el intento de Mao Zedong, presidente del Partido Comunista Chino (PCCh), de transformar rápidamente una sociedad predominantemente agrícola en un país industrializado mediante el establecimiento de comunas populares. Sin embargo, este gran plan provocó la muerte de millones de personas y dejó cicatrices indelebles en la historia china.
"El Gran Salto Adelante fue un desastre costoso, con enormes inversiones que produjeron pocos resultados basados en principios económicos sólidos".
El núcleo del Gran Salto Adelante fue la Comuna Popular, una nueva forma de agricultura colectiva que tenía como objetivo aumentar la producción agrícola e industrial a través de la colectivización. Sin embargo, la implementación de este sistema está lejos del efecto ideal. Se prohibió la agricultura privada, se les arrebató la identidad y las libertades a los agricultores y, en última instancia, estos se convirtieron en herramientas de la planificación estatal.
Colectivización y medidas coercitivasEn las primeras etapas del Gran Salto Adelante, Mao Zedong promovió una política generalizada de colectivización forzada. Se abolió la agricultura en pequeña escala y los agricultores se vieron obligados a unirse a comunas populares, un sistema que dejó a decenas de miles de familias sin tierras ni medios de vida agrícolas. La presión entre los funcionarios locales y el gobierno central para cumplir con cuotas de alimentos cada vez más altas se tradujo en la explotación de los agricultores, lo que provocó innumerables muertes por hambre.
“La erradicación de la agricultura privada trajo consigo la pérdida de la identidad de los campesinos. Los campesinos ya no eran productores autónomos, sino trabajadores anónimos bajo el control del Estado.”
A medida que se fortalecen las políticas, los agricultores enfrentan una doble privación de identidad y libertad. En muchos lugares se libraron luchas abiertas contra los agricultores que cultivaban sus tierras de forma privada, y la presión social y el trabajo forzado se convirtieron en la norma. El modelo original de agricultura familiar fue sustituido por la agricultura colectiva a gran escala. Las políticas limitaron la vida de los agricultores y éstos perdieron gradualmente su derecho básico a participar en actividades económicas libres.
Aunque el gobierno chino de la época afirmó que las comunas populares aumentarían la productividad agrícola, estudios posteriores mostraron que la implementación de la colectivización condujo a una disminución significativa de la productividad. Como los agricultores no podían obtener rendimientos razonables, la producción agrícola sufrió una grave escasez y empezaron a producirse hambrunas en muchos lugares.
"En la codicia y la prisa del Gran Salto Adelante, los campesinos perdieron no sólo sus medios de producción, sino también la dignidad de la vida".
En medio del empeoramiento de las condiciones, funcionarios de alto rango evitaron informar la verdad sobre el desastre por temor a un severo castigo gubernamental. Ante las estrictas cuotas, los funcionarios locales optaron por inflar los informes y fabricar la producción de granos, lo que provocó una crisis alimentaria a nivel nacional. La gestión centralizada de los cereales ha sometido a los agricultores a una presión extrema y les ha impedido tener cualquier forma de asegurar su sustento.
Además de la destrucción económica, el Gran Salto Adelante también tuvo un grave impacto en el entorno cultural de las vastas zonas rurales de China. Se suprimieron la cultura tradicional y las creencias religiosas, y las reuniones políticas y las conferencias de propaganda reemplazaron los festivales y rituales de los agricultores. La sabiduría y las costumbres de las generaciones anteriores se están ignorando gradualmente y la cohesión social está sufriendo un duro golpe.
"A medida que avanza la política, los agricultores no sólo pierden sus medios de vida, sino también su identidad como herederos culturales".
Una serie de reformas sociales, como la mejora de la condición de la mujer y el fin de los malos hábitos, han producido cambios en algunas partes de la sociedad rural, pero estos cambios a menudo son difíciles de mantener bajo una enorme presión. El sistema de registro de hogares, establecido en 1956, restringe aún más la movilidad de los agricultores, impidiéndoles escapar de su entorno físico empobrecido y obstaculizando sus esperanzas de buscar mejores condiciones de vida.
Reflexionando sobre las lecciones de la historiaDespués del Gran Salto Adelante, la sociedad china atravesó un largo período de ajuste y reconstrucción. La reflexión sobre este acontecimiento histórico no es sólo una revisión del pasado, sino también una advertencia para el futuro. La gente empezó a pensar en cómo evitar repetir los mismos errores y perder la humanidad y la dignidad más básicas en la búsqueda del progreso social.
"En la búsqueda de reformas, ¿deberíamos repensar los diseños institucionales que nos han hecho perder nuestra identidad y libertad?"
Hasta el día de hoy, las lecciones del Gran Salto Adelante siguen siendo dignas de mención. ¿Podemos aprender lecciones de estas tragedias históricas, valorar la dignidad y la autonomía de cada individuo y avanzar de forma más firme y decente hacia el desarrollo futuro?