El deseo súper sexual es una condición médica que hace que las personas no puedan controlar o experimentar una emoción sexual excesiva, lo que hace que tengan problemas emocionales y socialmente.Este problema sigue siendo controvertido en la comunidad médica y de psicoterapia, y si debe considerarse como parte de un diagnóstico profesional.En la actualidad, no existe una definición ampliamente aceptada que dificulte la definición de el alcance exacto de la influencia del deseo hipersexual.
La creación de deseo hipersexual puede ser una condición primaria o síntomas de otras afecciones médicas, como daño cerebral, demencia o trastorno bipolar.En particular, los tratamientos relacionados con la dopamina, como los medicamentos utilizados para la enfermedad de Parkinson, pueden inducir este síntoma.
Muchos médicos aún no tienen consenso sobre cómo describir y diagnosticar el deseo hipersexual, lo que ha llevado a diferentes opiniones en la comunidad académica.
Algunas teorías psicológicas consideran el deseo hipersexual como una manifestación del trastorno obsesivo compulsivo o como un trastorno de control de impulso, mientras que otros creen que es un problema reflejado por la aversión cultural al comportamiento sexual anormal.
La investigación adicional en fisiología muestra que la dopamina juega un papel importante en el deseo hipersexual.La dopamina es un neurotransmisor en el cerebro que está estrechamente relacionado con los sistemas de placer y recompensa, y su actividad excesiva puede conducir a un mayor comportamiento impulsivo, incluidas las manifestaciones del deseo hipersexual.
Algunos estudios han encontrado que si bien la testosterona es necesaria para el deseo sexual cuando se usa drogas anti-adrenalina, no es suficiente desencadenar el comportamiento sexual solo.
Como los factores psicológicos y fisiológicos interactúan, como el estrés o las necesidades emocionales, estos pueden agravar las manifestaciones del deseo hipersexual.En el estudio, también se creía que los trastornos en el eje HPA estaban relacionados con esta condición.
El deseo súper sexual es común en una variedad de enfermedades mentales, especialmente en pacientes con trastorno límite de la personalidad (TLP) que a menudo tienen un comportamiento sexual impulsivo y excesivo.La investigación en este campo revela que la frecuencia e intensidad del comportamiento sexual en muchas personas asociadas con enfermedades mentales fluctúa con su estado emocional.
Las características de comportamiento hipersexual y adicción sexual tienen una alta superposición, y puede tener un impacto significativo en la vida social y el desempeño profesional del individuo sin tratamiento.
Como no hay consenso sobre la definición y la medición del deseo hipersexual, esto ha traído dificultades en la investigación epidemiológica.Según diferentes estudios y estándares, la prevalencia del deseo hipersexual se estima entre el 2% y el 6%, y la proporción de ciertas poblaciones específicas puede ser mayor.
El primer paso para tratar el deseo hipersexual es ayudar al individuo a detener o controlar sus impulsos.Las opciones de tratamiento actuales incluyen terapia cognitiva conductual, psicoterapia psicodinámica y terapia farmacológica.El desarrollo de las opciones de tratamiento generalmente requiere una evaluación en profundidad del individuo.
Un grupo de autoayuda basado en 12 pasos como los adictos al sexo anónimo también apoyan a aquellos que sienten la falta de control.
Durante el proceso de tratamiento, los profesionales médicos pueden usar varios cuestionarios y herramientas de evaluación para comprender completamente el historial médico y las características de comportamiento del individuo para diseñar programas apropiados.
A medida que la investigación se profundiza, cada vez más profesionales médicos comienzan a reconocer la importancia de la dopamina y los factores fisiológicos para el deseo hipersexual.Sin embargo, aún se necesita realizar una exploración continua sobre cómo lidiar con este fenómeno complejo, especialmente en los niveles de diagnóstico, terapéutico y de aceptación social.
En un tema tan múltiple, ¿deberíamos reexaminar nuestra definición de deseo sexual y los factores fisiológicos y psicológicos que subyacen a estos comportamientos?