En el mundo del audio digital, los formatos de codificación de audio como MP3 y AAC se han convertido en parte de nuestra vida diaria. Estos formatos no sólo nos permiten almacenar y transferir música fácilmente, sino que también utilizan técnicas complejas que apenas nos permiten escuchar la calidad del sonido perdida durante el proceso de compresión. ¿Qué tecnologías sorprendentes se esconden detrás de estos formatos?
Un formato de codificación de audio es un formato de representación de contenido que se utiliza para almacenar o transmitir audio digital. Estos formatos pueden reducir eficazmente el tamaño del archivo y facilitar la transmisión en línea. Por ejemplo, MP3 y AAC son los formatos de codificación de audio más comunes, y ambos utilizan transformada de coseno discreta modificada (MDCT) y algoritmos de codificación perceptiva.
El contenido de audio generalmente se empaqueta en un formato contenedor después de la codificación, de modo que el usuario no tiene un archivo AAC sin formato, sino un archivo de audio .m4a, que es un contenedor MPEG-4 Parte 14 que contiene audio codificado en AAC.
Los formatos de codificación de audio generalmente se pueden dividir en formatos sin pérdida y formatos con pérdida. Los formatos sin pérdida reducen los datos de audio a la cantidad total de datos necesarios para representar el sonido, pero se pueden decodificar nuevamente al formato original sin comprimir. Por el contrario, los formatos con pérdida reducen aún más la resolución de bits del audio, lo que puede reducir significativamente la cantidad de datos, pero da como resultado una pérdida irrecuperable de la calidad del sonido.
La mayoría de los audios transmitidos normalmente utilizan codificación de audio con pérdida porque los archivos de menor tamaño son más fáciles de distribuir.
La historia de la tecnología de codificación de audio se remonta a la década de 1950, cuando Bell Labs presentó una patente para la modulación diferencial de código de pulso (DPCM). Con el tiempo, se desarrollaron muchas técnicas para la codificación perceptiva, incluida la codificación predictiva lineal (LPC) y el algoritmo de predicción lineal excitada por codificación (CELP) propuesto en la década de 1980.
Alrededor de 1974, se desarrolló la transformada de coseno discreta (DCT), que más tarde proporcionó la base para la transformada de coseno discreta modificada (MDCT) utilizada en los formatos de compresión de audio modernos, como MP3 y AAC.
La razón por la que MP3 y AAC pueden lograr una compresión de audio efectiva es que aprovechan las características de percepción del sonido del oído humano y eliminan datos innecesarios a través de un modelo de codificación de percepción. La característica principal del MP3 es que existe en forma de flujo de datos, mientras que el AAC se considera un formato de codificación más moderno y eficaz, que puede proporcionar una mejor calidad de sonido, especialmente a velocidades de bits altas.
Al igual que muchos otros formatos de codificación de audio, MP3 y AAC siguen los principios de codificación perceptiva, intentando eliminar ciertos datos de la fuente de audio de una manera que sea imperceptible para el oído humano.
A medida que avanza la tecnología, los formatos de codificación de audio seguirán evolucionando. Las tecnologías emergentes, como el audio circular y la compresión sin pérdidas más eficiente, están ganando terreno. Es posible que en el futuro surjan estándares de codificación más eficientes, que mejoren la calidad del sonido y reduzcan aún más el espacio de almacenamiento necesario.
Comprender los formatos de codificación de audio, como MP3 y AAC, no solo nos ayuda a apreciar mejor la música, sino que también despierta la curiosidad de las personas sobre la tecnología que se esconde detrás de ellos. Por lo tanto, la evolución de la codificación de audio y los avances tecnológicos continúan desafiando nuestra comprensión de la calidad del sonido y la conveniencia del almacenamiento. ¿Podemos esperar que aparezcan tecnologías de audio más sorprendentes en el futuro?