En el escenario mundial de protección de los derechos humanos, los derechos económicos, sociales y culturales (DESC), como parte importante de ellos, están recibiendo cada vez más atención. Estos derechos no son simplemente ideas abstractas, sino necesidades básicas de cada persona en su vida diaria, como el derecho a la educación, el derecho a la vivienda y el derecho a mantener un nivel de vida adecuado. A medida que las obligaciones jurídicas de la comunidad internacional en materia de estos derechos siguen aumentando, los Estados miembros se ven obligados a afrontar el desafío de cómo implementarlas plenamente.
Los derechos económicos, sociales y culturales son el núcleo de los derechos humanos y garantizan que toda persona pueda disfrutar de dignidad, libertad e igualdad.
Según la Declaración Universal de Derechos Humanos, estos derechos incluyen el derecho a la seguridad social, el derecho al trabajo, el derecho al descanso y al ocio, el derecho a un nivel de vida adecuado, el derecho a la educación, etc. En concreto, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC) es la fuente jurídica más importante de estos derechos, estableciendo una serie de derechos fundamentales que deben ser protegidos.
Los DESC están reconocidos y protegidos en múltiples instrumentos internacionales y regionales de derechos humanos. La Declaración Universal de Derechos Humanos, adoptada por las Naciones Unidas en 1948, delineó claramente las cláusulas de protección de estos derechos, y las convenciones posteriores han seguido ampliando su alcance.
Los DESC abarcan derechos humanos básicos como la salud, la educación y un nivel de vida adecuado.
Por ejemplo, al abordar los derechos de los niños, la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño hace hincapié en los derechos a la salud, la seguridad social y la educación. Especialmente en una economía próspera, no podemos ignorar a los grupos más vulnerables. Convenciones como la Convención sobre la eliminación de la discriminación contra la mujer y la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación racial también destacan la igualdad de las mujeres y las minorías étnicas en el disfrute de los derechos económicos, sociales y culturales respectivamente.
Responsabilidades y obligaciones del EstadoSegún el derecho internacional, los Estados tienen obligaciones jurídicas de respetar, proteger y cumplir los DESC. En particular, en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, los Estados miembros deben adoptar medidas “progresivas” para garantizar la realización de esos derechos. Esto significa que incluso cuando los recursos son limitados, el Estado debe esforzarse por proporcionar derechos básicos de supervivencia y garantizar una distribución justa de los recursos.
Los Estados deben demostrar esfuerzos genuinos para proteger los derechos económicos, sociales y culturales.
Además, de conformidad con el principio fundamental de lucha contra la discriminación, los Estados deben abolir las leyes, políticas y prácticas que afecten el disfrute de estos derechos a fin de prevenir la discriminación en la vida pública.
La educación se considera un derecho humano importante que no sólo afecta el desarrollo individual sino que también es crucial para mejorar la calidad general de la sociedad. Según varios tratados internacionales, el derecho a la educación es disfrutado por todos y entre sus características se encuentran la universalidad y la alta prioridad. Los países necesitan proporcionar educación gratuita y accesible para garantizar el derecho básico de todos los ciudadanos a aprender. Es importante abordar también la calidad de la educación, incluido un entorno de aprendizaje seguro y libre de violencia y una asignación adecuada de recursos.
La educación no debe considerarse un privilegio sino un derecho humano fundamental.
Algunos países con experiencia, como Suecia, Finlandia y Dinamarca, tienen sistemas de bienestar social muy sólidos y no dependen de la revisión judicial para proteger estos derechos. Esto demuestra que la implementación de los derechos económicos, sociales y culturales también puede lograrse mediante políticas y movimientos sociales eficaces.
A medida que la sociedad evoluciona y aumenta la conciencia sobre los derechos humanos, se prestará más atención a la implementación de los derechos económicos, sociales y culturales. Grupos de activistas en línea, como ESCR-Net, están trabajando para aumentar la conciencia y el compromiso con estos derechos. Deberíamos reflexionar sobre qué más puede hacer la sociedad para proteger mejor estos derechos básicos.